Si bien la mayor parte de los trigos de la región se encuentran en macollaje, hay lotes, como en los alrededores de Cañada de Gómez, que se adelantaron y comienzan a encañar por las elevadas temperaturas. Otro problema es que la tasa de crecimiento del cultivo está detenida y los macollos se están perdiendo por la falta de agua. El calor aceleró la desecación: ya no hay más humedad en los primeros 20 cm del suelo en los lotes regulares.
El reciente informe del GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario indica que el deterioro del cultivo es preocupante. 120 mil has se sumaron a la condición regular esta semana; la región núcleo ya totaliza 400 mil ha regulares. Y muchos lotes pasaron a la condición mala: 80 mil ha del centro y sur de Santa Fe y el oeste cordobés. Los rodeos sin plantas crecen. En Córdoba, en Monte Maíz, advierten, “Este año se sembró el 25% del total sembrado en la 2019/20. Y hay un 10 a 15% que está muy comprometido por la seca”. Si no llueve antes de fin de agosto, van a cambiar de cultivo.
En el resto de los cuadros, la humedad presente alcanza para que el cultivo resista 15 días más sin perder rinde, coinciden en señalar los ingenieros de la región. Si el área no recibe 30 a 50 mm el trigo comenzará a perder potencial de rinde. Se estima un 20 a un 30% menos si no llueve antes de fines de agosto. Incluso en lotes bien rotados y fertilizados se señala lo mismo. “A pesar de que el cultivo de trigo mantuvo su condición y que el efecto de mayor rotación se nota, es imprescindible el regreso de las lluvias”, comentan en la zona.