Maximizar el tiempo en que el lote permanece con cobertura viva aporta beneficios de mejora en la actividad biológica, fertilidad y estructura del suelo, uso de recursos, secuestro de C, etc. Pero también trae desafíos que habrá que aprender a gestionar. Es el caso de los insectos, enfermedades y malezas, que evolucionan y se adaptan a los nuevos sistemas. Por ejemplo, conforme crece la superficie de cultivos de grano y de servicios (CS) en invierno, la dinámica de plagas se modifica: algunas dejan de ser un problema, pero también aparecen nuevas.
Este será uno de los ejes a tratar por la Red de manejo de plagas (REM) en el XXVIII Congreso Aapresid, con especialistas como Horacio Acciaresi, Lucrecia Couretot y Fernando Flores de INTA, entre otros (ver la REM en Congreso).
Malezas
Como premisa, no alcanza con poner más cultivos si no hay diversificación, de especies y estrategias. Esto es clave para evitar el ‘acostumbramiento’ de las malezas y que, aquellas que no eran un problema, empiecen a serlo. Un ejemplo es el raigrás, que avanza en zonas como Pergamino conforme crece la superficie de gramíneas de invierno. Lo mismo ocurre con Rama negra – que suele llegar a primavera pasada de tamaño y con un volumen de rastrojo que termina de complicar el control – y Yuyo colorado, que prolifera en sojas sucesoras de trigo o CS.
Por otro lado, los planteos de ASV se apoyan en los preemergentes. Pero estos productos no fueron desarrollados para aplicarse sobre altos volúmenes de residuos. Esto implica repensar criterios al elegir productos, buscando mayor solubilidad y estabilidad, fácil incorporación al suelo y prestando atención a las características del formulado, más allá del activo.
La calidad de aplicación merece un capítulo aparte. Uno de los desafíos de la ASV es alcanzar un objetivo atravesando una espesa cobertura. El uso de tarjetas hidrosensibles es un aliado clave al igual que la calibración del equipo, buscando estrategias que maximicen la penetración de las gotas. Los coadyuvantes para bajar la evaporación o mejorar la penetración cobran protagonismo. La uniformidad de gotas de cada pastilla y el agua de calidad (en especial su nivel de dureza) serán cuestiones a priorizar.
Enfermedades
Muchos CS funcionan como “puente” para la supervivencia de ciertos patógenos, que luego afectarán los cultivos de verano en sus primeros estadios. Las royas del género Puccinia usan al trigo, cebada, triticale y centeno como “puentes verdes” para pasar el invierno y provocar ataques explosivos al cultivo sucesor. Las raíces necróticas de un centeno pueden albergar patógenos causantes de podredumbres de raíz como F. graminearum y ciertos Pythium.
En el otro extremo, un CS de centeno puede reducir la incidencia de podredumbres de tallo en maíz (por Colletotrichum y Fusarium), al actuar como barrera física para el inóculo y al proteger al maíz del estrés hídrico. La pudrición del tallo de soja por Sclerotinia puede reducirse con CS antecesores como avena, cebada y trigo, mientras que la pudrición de raíces por R. solani y F. virguliforme con centeno como CS antecesor.
Especialistas como Lucrecia Couretot y Norma Formento (INTA) advierten que los nuevos planteos exigirán el diseño de estrategias integrales, que consideren por ejemplo el comportamiento sanitario de los sucesivos cultivos a la hora de planificar.
Insectos
Los planteos verdes afectan las poblaciones de insectos. “Para dimensionar estos impactos, ‘la era del barbecho limpio’ significó una reducción en los adultos de cortadoras capturados/noche de 100 a 4”, grafica el especialista Fernando Flores.
Hoy, la expansión de leguminosas de invierno como vicia ofrece refugio a las cortadoras, que luego atacarán a sucesores como maíz y girasol en implantación. Sumado a esto, los colchones de residuos limitan la eficacia del control químico.
Otro ejemplo son las chinches que, en busca de proteínas, han cambiado al trigo por leguminosas, encontrándose altísimas densidades en vicias puras o en mezcla a la salida del invierno. Los planteos verdes tienden a retrasar la siembra de los cultivos de verano, y esto puede aumentar los daños de estas plagas, un factor a tener en cuenta.
En los nuevos sistemas será clave el monitoreo y sistemas de alarma regionales, que en el caso de cortadoras son muy confiables: “los adultos capturados en trampas de luz en otoño son un buen indicio de las cortadoras presentes en lote y pueden ayudar a elegir estrategias: fechas de siembra, genotipos, etc.”, explica Flores.
También están las plagas que afectan directamente los CS, como pulgones o trips en vicia, que pueden reducir el stand de plantas y terminar por limitar el servicio por el que fueron implantados (por ej, el control de malezas).
Fuente: Aapresid