El reciente informe del GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario indica que en julio del 2019, los perfiles del suelo estaban muy abastecidos de humedad. Y el precio del maíz a cosecha para abril 2020 cotizaba un 18% más alto que el precio a futuro que se ve hoy para abril 2021.
Sin embargo, el precio del fertilizante nitrogenado más demandado, la urea, debido a su estrecha relación con el petróleo, disminuyó un 13% en este periodo. Al relacionar el precio de la tonelada de urea con el precio de la tonelada del grano de maíz a cosecha, el índice insumo/producto aumentó un 7% anual.
Es decir, se necesita producir más maíz para cubrir los costos de producción, o dicho de otro modo, aumentó el rinde de indiferencia. Y aparte el escenario no es el mejor, las perspectivas de Niña débil, y la incertidumbre económica de este ciclo marcado por la pandemia del coronavirus enfrían las decisiones del maíz 2020/21. “Las compras de insumos vienen lentas; preocupa la falta de humedad y se atrasan los barbechos para el cereal”, resumen en Bigand.
En campo arrendado, los rindes promedios históricos están muy cerca del rinde de indiferencia, coinciden en señalar en la región. “El margen es demasiado justo para semejante inversión”, advierten los ingenieros de Cañada de Gómez y Villa Eloísa. “Los márgenes de maíz de primera siguen siendo superiores a los de soja de primera, pero la diferencia es cada vez menor”, agregan. La reciente reactivación de las cotizaciones internacionales podría mejorar dicha relación insumo/producto, pero hasta el momento no es suficiente para dar vuelta la incertidumbre local y el temor al clima. “El maíz va recuperando precio, no obstante, prevemos una caída en el área de siembra”, señalan en Pergamino.
Todavía hay tiempo y el final está abierto para el cultivo, pero los sondeos son negativos y es muy difícil que el maíz vuelva a expandirse en hectareaje como no dejó de hacerlo en los últimos 5 años. “Solo se están haciendo algunas compras de fertilizantes para cubrir las bolsas de maíz que se tienen compradas. Pero no se está pensando en agrandar la superficie ni decidiendo sobre lo que queda por definir”, agregan en Carlos Pellegrini. El maíz pasó de una siembra de 700 mil ha en el ciclo 2014/15 a casi duplicarse en la última campaña 2019/20 con 1,36 M de ha. Por ahora los sondeos mantienen una posible caída del 10% en la región.