Las mejoras -productivas para la actividad agrícola, nutricionales para el consumidor, defensivas para la lucha contra enfermedades, insectos y herbicidas a nivel de lotes-, a partir del desarrollo del paquete tecnológico, posicionó a la semilla como un insumo crítico y de gran valor. Es en este marco que las innovaciones, surgidas como producto de los avances de la biotecnología y del mejoramiento convencional de semillas, pasaron a tener un lugar de gran relevancia en la organización de la producción de las nuevas empresas semilleras.
La industria de la semilla nacional nació hace más de 90 años, con el desarrollo de firmas locales que tienen un papel importante dentro de la misma debido a su larga tradición en la actividad. Los actores de la cadena de valor de semillas van desde aquellos que se dedican al mejoramiento de especies vegetales, al desarrollo y provisión de biotecnología, a la multiplicación y producción de semilla comercial, junto al procesamiento y acondicionamiento de dicha semilla, hasta la distribución y comercialización de la misma.
También participan de la cadena los proveedores de maquinaria agrícola específica, logística, servicios, laboratorios, mano de obra por temporada, entre otros. El Estado, por otra parte, juega un papel de suma importancia a través de las universidades nacionales, Institutos de CONICET y el INTA, organización que lidera la investigación y el desarrollo de nuevas variedades vegetales mediante programas de mejoramiento genético y es el mayor obtentor según los registros del Instituto Nacional de la Semilla (INASE).
Hoy día, la producción semillera nacional tiene su zona núcleo ubicada entre las localidades de Pergamino, Venado Tuerto y Rosario, área donde se concentra el denominado Clúster de la Semilla, una agrupación de empresas e instituciones vinculadas a la producción de este insumo (principalmente de semillas de cereales, oleaginosas y forrajeras) que busca promover la mejora competitiva en la industria local.
En cuanto a la implementación productiva, siguiendo los datos publicados por la International Service for the acquisition of agri-biotech applications (ISAAA, 2017), Argentina se encuentra en el tercer puesto entre los países con mayor adopción de semillas GM por detrás de Estados Unidos y Brasil.
El desarrollo de las innovaciones en mejoramiento vegetal han generado grandes incrementos en el valor de la producción granaria argentina. Según el estudio realizado por Trigo (2016), las mejoras biotecnológicas han coadyuvado a incrementar en 126 mil millones de dólares los ingresos brutos de la producción entre el año 1996 y 2016, ya sea tras la posibilidad de incrementar el área productiva o por las sucesivas mejoras en los rendimientos por hectárea.
Por otro lado, indagando aún más respecto a la generación de valor en distintos eslabones productivos de las cadenas agroalimentarias, se observa que la producción primaria (de granos y semillas) en conjunto con los servicios agropecuarios son los sectores de la cadena de valor que generan mayor valor agregado por unidad de producción. En este sentido, el Valor Bruto de Producción para 2018 en el sector semillas, se estima en 67.828 millones de pesos corrientes o un equivalente en moneda extranjera (tipo de cambio promedio para 2018) de 2.400 millones de dólares. (MAGyP, 2019)
En cuanto a la producción nacional de semillas que transitan por el proceso de fiscalización del INASE, en el ciclo 2017/18 se produjeron 579.040 toneladas considerando todas las especies. No obstante, el uso de semillas es ostensiblemente mayor y solo teniendo en cuenta los principales cultivos extensivos podrían ascender a 1,5 millones de toneladas según estimaciones realizadas en base a la campaña 2014/15 por MAGyP (2015).
Por otro lado, si se analiza la estructura del mercado de semillas en Argentina, según el Registro Nacional del Comercio y Fiscalización de semillas (RNCyFS), a cargo del Instituto Nacional de la Semilla (INASE), hay 2.361 empresas registradas, incluyendo todos los rubros que forman parte de la cadena de la semilla. En cuanto a las jurisdicciones, lideran el ranking con 960 empresas Buenos Aires, 273 en Santa Fe y 226 en Córdoba.
Respecto a los establecimientos vigentes declarados por las empresas inscriptas en el RNCyFS se encuentran 798 casas matrices/establecimiento principal, 795 sucursales de comercialización, 478 galpones de almacenaje, 421 viveros, 235 plantas de procesamiento y 48 laboratorios.
Un dato socioeconómico de suma interés es la generación de empleo por parte del sector semillero. Según Paseyro (2015), la industria semillera argentina emplea a 114.737 personas compuestos de la siguiente forma: a) 8.245 son empleos directos, 5.725 indirectos y 12.560 temporarios, b) el personal de investigación y desarrollo suma 501 profesionales con carreras de grado y post grado, c) Los distribuidores asociados a la industria suman 5.546 y son 82.160 profesionales y auxiliares los que apoyan a los distribuidores de semillas.
En el plano externo, Argentina ocupa el puesto N° 18 en el ranking de volumen exportado de semillas, el cual fue de 73.338 tn en el 2017 y significó una participación de 1,87% del comercio global, según la International Seed Federation (ISF). En el podio se encuentran: Francia con 523.227 tn exportadas (13,3% del total); EE.UU con 411.841 tn (10,5% del total) y Hungría con 234.076 tn (6% del total).
Medido en valor, las exportaciones de semillas de Argentina posicionan al país en el 13° lugar del ranking, con 256 M U$S en el año 2017 y una participación del 2,15% en el valor exportado global. Holanda (2.040 M US$), Francia (1.801 M US$) y Estados Unidos (1.712 M US$) lideran este ranking detentando una participación conjunta del 46,5% del total exportado.
Ahora bien, si sólo se consideran los montos exportados de las semillas para cultivos extensivos, es decir, excluyendo las flores y los vegetales; Argentina pasa a ubicarse en la 11° posición con una participación del 3,2% en el total comerciado. En este ranking, los dos primeros lugares siguen siendo para Francia (con el 17,5% del total) y Estados Unidos (13,6%), pero en el tercer lugar se encuentra Alemania con el 8,9%. A nivel latinoamericano, Argentina adquiere mayor relevancia ya que se ubica en el 1° puesto como exportador de semillas de cultivos extensivos.
Por último, nuestro país es importador de semillas, principalmente de girasol y maíz. En el año 2017, adquirió desde más allá de las fronteras 37.395 t por un valor de 117 millones de dólares, lo que se traduce en una participación del 1% en las compras internacionales de este insumo.
Fuente: BCR