Monsanto lanzó en Expoagro la etapa final del modelo de negocios que propuso para su soja INTACTA RR2 PRO. Esta fase fue consensuada con la industria para garantizar el reconocimiento de los derechos de propiedad intelectual de las invenciones biotecnológicas aplicadas a las variedades de especies autógamas y promover la llegada de nuevas biotecnologías aplicadas a variedades de soja en la Argentina.
Esta última fase consiste en el control y cobro del Canon Intacta en los puntos de entrega de grano y durante la presente campaña sólo operará en el norte del país. Debutará en los próximos días al iniciarse la comercialización de la cosecha de esta variedad con doble resistencia, al herbicida glifosato y al ataque de insectos lepidópteros.
El sistema contempla el control y cobro del canon sólo en los casos que quien entrega el grano no lo haya pagado en forma previa. Al respecto, Monsanto destaca que más del 70% de las toneladas de soja con la tecnología INTACTA RR2 PRO que se entregarán en esta campaña corresponden a productores licenciados que optaron por pagar el Canon Intacta en forma anticipada, es decir pautando el pago al momento de la compra de la semilla. “Esto es un indicador de que la gran mayoría de los productores reconoce el valor de la tecnología y prefiere pagarla en forma anticipada, sin depender del control en el punto de entrega del grano”, señaló Luiz Beling, presidente de Monsanto, que estuvo acompañado por Carlos Balbi, de Nidera, y Gerardo Bartolomé, de Don Mario, en el acto de lanzamiento realizado en Expoagro 2015.
Beling adelantó que la empresa está comprometida a generar opciones de pago anticipado atractivas para los productores. “No se promueve el control del grano en el punto de entrega –indicó-, pero es una opción de pago más que ofrecemos a los productores”.
En Monsanto destacan que en la última campaña, 797 productores comprobaron que INTACTA RR2 PRO generó un incremento en los rindes promedio de 336 kilos por hectárea y estiman que eso implica un valor generado por esa tecnología que rondó los 80 dólares por hectárea, por un ahorro de insecticidas del orden de los 20 dólares y un mayor rendimiento que equivale a unos 60 dólares.