Según el Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (Retaa) que elabora todos los años la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el 13 por ciento de los productores argentinos siembra cultivos de servicios, y el principal objetivo que persiguen con esta estrategia es el control de malezas. Esta foto muestra dos conclusiones: la primera es que se trata de una tasa que viene en franco crecimiento en las últimas campañas. La segunda, que todavía quedan vastas zonas del país en las que estos planteos aún no se aplican, ya sea por falta de disponibilidad de agua en invierno o por otras razones.
En esos lotes, se eligen estrategias de control químico que no tienen por qué ser un riesgo para la sustentabilidad de los suelos y del ambiente. Por ejemplo, desde la firma FMC recomiendan el uso de Shark, un herbicida que se destaca por su versatilidad, ya que puede ser utilizado tanto en barbechos cortos como largos y para rescate de malezas en post emergencia de trigo.
“El ingeniero agrónomo es como el director técnico que mira el equipo rival, en este caso las malezas, y decide cómo enfrentarlas. Lo que tiene en Shark es un jugador de toda la cancha, versátil, capaz de ser eficaz en cualquier momento del año”, destaca Juan Caporicci, gerente de herbicidas de FMC. Es un producto que actúa por contacto, no tiene residualidad y, por ende, no afecta a los cultivos que se siembran luego de las aplicaciones en barbecho. agrega, como una de sus ventajas.
De todos modos, como un DT que no solo piensa cada partido sino el campeonato completo, para Caporicci la decisión de aplicar este fitosanitario debe estar pensada dentro de la estrategia integral para toda la campaña. “Las decisiones deben tomarse teniendo en cuenta la concatenación de productos que vamos a realizar. Evaluar bien cuándo conviene usar Shark o cada uno de los productos del portfolio, teniendo en cuenta la rotación de modos de acción, para no presionar los sistemas que utilicen al barbecho químico como estrategias ”, añade el ejecutivo.
Del campo a la Agronomía
Fabián Giménez, Coordinador de Investigación y Desarrollo, y responsable de herbicidas en Argentina y Uruguay de FMC, coincide con Caporicci. “Hay que hacer los monitoreos a tiempo, lote por lote, no relajarse. A veces después de la cosecha de soja uno observa el terreno y parece libre de malezas. Hay que realizar un diagnóstico preciso y exhaustivo en el campo, determinar qué malezas están presentes, definir los herbicidas necesarios y después ir a la Agronomía a comprar los productos, y no al revés como suele hacerse”, repasa.
En el caso de Shark, al ser un producto de contacto es clave anticiparse, porque su eficiencia es mayor cuánto más pequeña es la maleza. “Para lograr controles contundentes, se recomienda su aplicación en plantas menores a 10 cm. de altura en activo crecimiento. En esa situación además tiene un beneficio económico y ambiental: se evita anticipadamente el daño que provoca la maleza en absorción de nutrientes o de agua y se reduce el número posterior de aplicaciones. Hoy controlarlas es relativamente simple; en un par de meses, cuando se rustificaron por las heladas y tienen un tamaño mayor, se complica”, menciona el Ing. Giménez.
Esta condición de “comodín” que tiene Shark lo ubica en el momento ideal después de la cosecha de soja y de maíz para “resetear los lotes” y dejarlos “en cero”. Tiene muy buen control para rama negra, el complejo de crucíferas, viola, nabos y nabillos. El Coordinador de I+D recomienda aplicarlo con productos que tengan otros modos de acción, como el glifosato y el 2,4-D, para elevar el éxito de los tratamientos. Y sugiere también combinarlo con el uso de un herbicida residual que garantice llegar a la primavera con el lote limpio aunque, si no se siguió esa estrategia, Shark también puede ser utilizado para controlar las malezas que emergen en esa época del año, como el temido “yuyo colorado”.
Asimismo, en el caso de que se haya sembrado trigo y se registren escapes de malezas, el herbicida de FMC ofrece la ventaja de que es un producto selectivo para trigo: es decir, que el tratamiento en post emergencia también es eficaz, porque solo impacta en las malezas de hoja ancha y no genera daños en el cereal.
FMC es una compañía internacional de ciencias del agro, dedicada al desarrollo tecnológico y a la innovación en protección de cultivos, con presencia en más de 40 países y 130 años de trayectoria. Actualmente, se posiciona a nivel mundial como la 5° compañía de defensivos agrícolas y la 1° empresa química dedicada exclusivamente a la protección de cultivos. Con un portfolio altamente innovador, cuenta con 22 centros de Investigación y Desarrollo en todo el mundo y trabaja diariamente para llevar soluciones al campo y estar más cerca de los productores. FMC Argentina posee oficinas en la Ciudad de Buenos Aires y lidera la actividad en la región del Cono Sur, que comprende además a Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia.