“Observamos que, en Argentina, como en otras lecherías, han disminuido sensiblemente la cantidad de vacas. Hubo una caída importante en 2003 y en 2016 volvió a caer otras 150 mil vacas. Además, en ese período se han perdido un 40% de los tambos”, contó el médico veterinario Sebastián Wirsch en el inicio de las Jornadas Nacionales de Lechería organizadas por TodoAgro y la Universidad Nacional de Villa María que siguieron más de 3.300 productores, técnicos y estudiantes, vía streaming.
En el transcurso de las dos últimas décadas y como sucedió a nivel mundial, las vacas de los establecimientos menos competitivos fueron absorbidos por esquemas productivos de mayor escala y organización.
“Lo que sí ha crecido cada año es la cantidad de litros por vaca que pasó de 5.000 litros/año por vaca y hoy está un 35% por encima”, contextualizó.
A nivel mundial la producción de leche creció hasta 2010 y en los últimos dos años se perdieron casi 10 millones de vacas lecheras en el mundo, sin embargo la cantidad de leche no paró de crecer pero la demanda no acompañó este crecimiento, con caídas muy importantes en algunos bloques como el europeo.
Todos los países han crecido en promedio de litros de leche por vaca, que pasó de 31 a 35 litros en estos últimos años y Canadá subió 6 litros por vaca.
¿Cómo crecer?
Wirsch expuso que el camino del crecimiento lechero en Argentina y en otros países debe sortear dos frentes nítidos: uno, exógeno, de tranqueras afuera; y otro hacia adentro del establecimiento.
“Producimos en un contexto desafiante, con muchas dificultades y tradicionalmente se lo ha observado como un frente donde no se puede influir pero no es así: hay que salir a proponer cosas, a influir en la toma de decisiones de las políticas públicas al nivel que sea. Hay que debatir, participar e involucrarse pues estamos en un negocio a largo plazo, que requiere estabilidad en las políticas hacia el sector”, propuso.
Pero donde se puede trabajar y modificar criterios y concepciones en modo directo es en la gestión del tambo, tranqueras adentro, propuso Wirsch y se refirió a varios planos para mejorar los registros productivos y crecer en competitividad.
“Una de las cuestiones a trabajar en la mejora de los índices reproductivos. En un estudio reciente observamos que el año pasado que las tasas de preñez han mejorado en promedio en Argentina, aunque hay establecimientos que tienen que mejorar mucho. En nuestro país hay tambos de punta que están en torno al 20% pero en Estados Unidos se promedia un 23% y se plantean llegar en pocos años a 30%. Para ello hay que invertir mucho en infra estructura y tecnología”, aseguró.
El otro punto que Wirsch apuntó es reducir la tasa de muertes, que en muchos tambos es aún alta. A esto debemos altos índices de descarte de los tambos de punta con el objetivo de mejorar su performance.
Y otro registro que mereció el análisis del especialista es las pérdidas de preñeces, en partos y en la etapa de recría, “y creo que en este punto el semen sexado puede ayudar mucho. Estamos perdiendo un número muy alto de hembras. Sólo un 20% de los tambos es eficiente y registran mortandad en torno al 2,2%”, cerró.
Fuente: TodoAgro