La relajación de la cuarentena les permitió a varios rubros volver a la actividad, pero con el negocio cambiado. El hecho de poder levantar nuevamente las persianas con la condición del cumplimiento de protocolos se sanitarios, enfrenta al empresariado al desafío de reconvertirse según las nuevas formas de consumo y con la vara de bolsillos seriamente castigados.
Según Martín Tetaz, la historia es prácticamente la misma en todos los rubros, en tanto, las medidas de seguridad que tendrían que tomar encarecen enormemente los costos; sobre todo en aquellos rubros donde están obligados a atender de a pocos clientes a la vez en estructuras gigantescas, donde se cuentan la gastronomía, la indumentaria, el entretenimiento, entre muchos otros.
De acuerdo con el economista, “del otro lado del mostrador la confianza de los consumidores se derrumbó y la predisposición de compra, sobre todo en bienes durables, colapsó”.
Si bien las curvas de oferta y demanda se mueven según el rubro, hay sectores donde ya pueden observarse mayores complicaciones, como es el caso de los bienes durables, donde “el derrumbe será monumental”. De acuerdo con una encuesta que realiza la Universidad Di Tella, la predisposición a compra de autos y casas -por ejemplo- cayó a solo 6,55%, mientras que para electrodomésticos es de 9,46%; niveles similares a los peores momentos del 2002.
En cambio, en el sector servicios “habrá menos caída en la demanda porque su consumo es instantáneo y no supone ningún compromiso a futuro, pero la subida de los costos será más significativa porque en general son face to face”.
LOS DE SIEMPRE
Siguiendo la opinión del economista Luis Secco, las mejores perspectivas están del lado de los sectores exportadores ligados a recursos naturales y conocimiento. “Soy de los que todavía cree que la pandemia no genera un gran cambio en materia de políticas productivas a escala global, como pueden ser la reversión del proceso de globalización o especialización. Con lo cual, esos sectores seguirán teniendo oportunidades”, aseveró.
No obstante, “dado el perfil de la política económica argentina, veo difícil que podamos pensar que se va a crecer vía exportaciones e inversión. El gobierno seguirá poniendo énfasis al consumo, pero no tengo la menor idea de cómo lo alentará”.
REDACCIÓN ON24
