Lo peor está por llegar. Lo piensa y lo dice abiertamente adidas: lo peor está por llegar. Y lo hace sin ningún tipo de miramientos respecto al daño que estas afirmaciones pueden tener para la imagen de marca de la propia compañía. No es para menos. Avanzamos hacia un nuevo modelo de sociedad provocado por la crisis del Covid-19, un nuevo modelo que va a afectar a todos los sectores y cuyo proceso va a tener un impacto negativo en cualquier empresa, organización o entidad a todos los niveles.
En este proceso de transformación las teoría darwinianas de la supervivencia del más fuerte saldrán a la luz. Y en la industria del marketing deportivo también. Frente a la aparentemente modélica y exitosa transición que está experimentando Nike, se nos muestra el traumático discurrir de una firma como adidas, a la que le va a costar mucha ayuda adaptarse al nuevo escenario.
No solo para adidas. Instituciones como el Comité Olímpico Internacional asiste temeroso a las afirmaciones que llegan del gobierno japonés: sin una vacuna eficaz las posibilidades de celebrar los Juegos Olímpicos aún en el año próximo son prácticamente nulas.
En la NBA también se afanan para intentar adaptarse al máximo a ese proceso de cambio. La última propuesta, poner fin a la temporada sustituyendo a Las Vegas, idea inicial, por Disney World, parece haber arrojado algo de esperanza a sus también temerosas previsiones.
Y es que habrá un antes y un después de la crisis del coronavirus. Y se quiera o no, para muchos dentro de la industria del deporte, y tal como dice adidas, aunque suene a pesimismo o derrotismo, lo peor está por llegar.
El Gobierno alemán ha salido “al rescate” de Adidas tras negociar un préstamo de 2.400 millones de euros que financiará el banco público KfW. La empresa textil alemana, marca que viste a clubes tan importantes como el Real Madrid, recibirá según la información que ofrece ‘El País’ 600 millones de otras entidades financieras para poder resistir a la crisis.
La crisis también se está cebando con la potente marca deportiva que anunció impacto doloroso en sus cuentas con los parones. La marca además señaló que en abril no podría pagar el alquiler de los establecimientos. La plan de reajuste como la suspensión de los dividendos o la renuncia de hasta el 65% del salario de los directivos