La aparición del Covid 19 sumó un componente critico a nuestra precaria situación de país declarada en emergencia con anteriorioridad a la aparición del virus y terminó de crispar los nervios entre los argentinos.
El Estado Nacional, encabezado por el Presidente, reaccionó acertadamente y ante la insuficiencia de recursos para atender a todos los enfermos que podrían presentarse declaró el aislamiento que persiste hasta el presente y seguramente seguirá un tiempo más.
En ese contexto, declaró esenciales algunas actividades a los efectos de garantizar el normal suministro de alimentos, medicamentos y combustibles, entre otros recursos básicos, para asegurar su abastecimiento la población y seguramente a medida que se vaya ganando en experiencia seguirá liberando actividades. Cuando inició el aislamiento la Argentina estaba en emergencia económica, social, sanitaria, etc. y continúa en esa situación pero ahora estamos mucho más preocupados por la salud de nuestra población.
El nuevo escenario, trajo aparejados nuevos problemas, el aislamiento generó que mucha gente se quedara sin ingresos, empresas sin trabajar y sin generar recursos económicos para hacer frente a sus obligaciones, también mayor demanda de insumos esenciales por temor a desabastecimiento y siendo un país inflacionario, con memoria y reflejos rápidos para contrarrestar los efectos, naturalmente se produjeron aumentos de precios que hoy tienden a normalizarse. Esa mayor demanda inicial hoy está estabilizada y sobre abastecida.
Pero también es cierto que el nuevo contexto en el caso del mercado de carnes produjo cambios y mayores costos. Para empezar todas las empresas tienen en su dotación personal de riesgo que se encuentra licenciado. El cuero que venía siendo un problema por la caída continuada de su valor, paso a ser un costo para sus disposición, y las menudencias ante la falta de consumo de parrillas y restaurantes, más la falta de reuniones sociales, pierde día a día su valor. Hay sectores productivos impedidos de operar y eso trajo aparejados problemas en la cadena de pagos. La circulación de los transportes muchas veces fue demorada y también eso incrementa los costos de las empresas. Además se complicó la industria de los chacinados por una caída del consumo que en algunos casos llegó al 70%.
A todo esto, la industria cárnica respondió satisfactoriamente, se garantizó el abastecimiento y la reposición y en ningún momento falto carne en las carnicerías y supermercados.
Todos los eslabones fueron parte de ese logro, los trabajadores de la carne, trabajadores rurales, transportistas, ganaderos, empresarios, profesionales privados, funcionarios del Estado, periodistas, todos trabajamos y tomando los debidos cuidados y no asumimos otros riesgos que no fueran superiores al que podríamos tomar al salir a comprar pan.
En el caso de la Industria trabajamos en cada jurisdicción en la elaboración de protocolos de actuación y se implementaron acciones de control y recomendaciones de prevención como indican los profesionales, asumiendo que es responsabilidad personal e individual de cada uno s asumirlas y ponerlas en práctica con responsabilidad. No debería ser la policía, el médico, el empleador el que tiene que cuidarnos, somos cada uno de nosotros nuestros propios guardianes, solo con un actitud responsable estaremos más a salvo y evitaremos el contagio.
La discusión de salarios en Argentina es materia cotidiana en el marco inflacionario. En el caso de los trabajadores de la carne y con buena disposición de trabajadores y empresarios, la recomposición viene realizándose a nivel igual o superior a la inflación en los últimos años. Solo por citar la renegociación de noviembre de 2019 se acordó un incremento de escalas que significó un aumento de 54% Interanual y luego con la aparición del decreto 14/2020 del PEN publicado en marzo, que se abonó en la mayoría de los establecimientos, representó un incremento de 72% respecto de los salarios abonados en marzo de 2019. Esto llevó a que hasta el presente los trabajadores estuvieran debidamente reconocidos y con sus necesidades salariales cubiertas desde el punto de vista inflacionario.
Producida la aparición el VIRUS la Federación de la Carne solicitó, como otros gremios, un pago adicional. El reclamo fue atendido por algunas organizaciones empresarias en carácter minoritario y en algunos casos pese a responder favorablemente la organización local provocó medidas de fuerza con un reclamo de mayor valor instándose los resortes de la conciliación obligatoria.
El reclamo y su manifestación solo se puede “intentar” entender en el contexto general del país y por eso es que llamamos a la reflexión a los trabajadores y sus representantes para medir las pretensiones y las formas de hacerlo, estamos todos nerviosos y esa no es la mejor forma de protegernos del VIRUS.
Todos los días vemos noticias del mundo donde se cierran empresas, en nuestro país ocurre lo mismo, a un menor ritmo porque se ha logrado disminuir la tasa de contagios pero no estamos inmunes.
Seamos responsables porque esto recién empieza y solo sabemos que la crisis económica se agudizará.
Autor: Daniel Urcía – FIFFRA