Son u$s32 millones los que cada día sacrifica el Banco Central (BCRA) por el turismo. El detalle es el siguiente: 24 millones por consumos con tarjeta de crédito en el exterior, 3 millones por paquetes turísticos, otros 3 millones por pasajes y 2 millones por las autorizaciones que se otorgan para compra de divisas al tipo de cambio oficial.
“Algo hay que hacer”, coinciden los funcionarios que tienen injerencia sobre la cuestión. Es la única coincidencia. Brotan diferencias cuando se discute cómo salir del laberinto. Lo que está claro es que no necesariamente debe salir inmediatamente, el día después de las elecciones, una medida al respecto.
Una alternativa repetida es la de un desdoblamiento cambiario. El impulsor es Axel Kicillof de la mano de Guillermo Moreno. Cabe recordar que hace exactamente un año, esta variante había sido rechazada por la propia Cristina de Kirchner. El borrador del renacimiento de un dólar financiero abarca no sólo el turismo, sino también las inversiones extranjeras que se podrían canalizar eventualmente por este sendero.
“El debate interno pasa por la inclusión o no del atesoramiento”, señaló a Ámbito Financiero un funcionario. De incluirse la compra para ahorro en el “dólar financiero” (Moreno estaría a favor de ello).
Esta alternativa de un eventual desdoblamiento, aducen los mismos funcionarios, está en contra de los principios del FMI contra los tipos de cambio múltiples en un país. Pero lo cierto es que el organismo objeta las trabas al comercio, no a los capitales. Incluso, frente a la situación actual, vería con buenos ojos la mutación. Desde el BCRA no ven con agrado la instauración de un dólar financiero.
En la entidad que preside Mercedes Marcó del Pont, son más propensos a reforzar el sistema actual, aunque coinciden en que “algo hay que hacer” con el turismo. Mientras, las acciones desde el BCRA versan sobre cómo inducir a empresas y bancos a que aumenten la oferta de dólares en la plaza (obtener prefinanciamiento de las exportaciones y postergar las cancelaciones de éstas).
Distinguen integrantes del equipo económico tres fuentes de pérdidas de reservas: importación de energía, pago de la deuda y el turismo. En el primer rubro, se está en manos de Miguel Galuccio y las promesas de aumento de la producción en YPF.
También es función de una eventual suba de las tarifas, un clásico después de cada elección. Sobre el segundo ítem, los dólares para el pago la deuda, no hay demasiado margen (¿pagará el cupón PBI en 2014?, el único y gran interrogante). Por el último rubro se van u$s9.000 millones al año según estimaciones del propio BCRA. Es el más fácil de corregir desde el punto de vista político. No es lo mismo una suba de tarifas que un dólar más alto para turismo o pago con tarjeta de consumos en el exterior.
La realidad es que detrás del problema del turismo y del dólar en general se encuentra el excedente de pesos existente en la plaza. Y las bajas tasas de interés puede que hagan mantener el atractivo de los pasajes al exterior aún con “dólar financiero”. Más caros, igual pueden ser muy demandados si se los puede pagar en pesos y en 18 cuotas. En lo que va del año la base monetaria se expandió en casi $31.000 millones.
