El empresario posee dos tambos a unos 10 kilómetros de la ruta 226, en la estancia Los Cardos. En exclusiva con el portal “TodoAgro” sobre lechería, explicó que “estamos unificándolo. Tenemos unas 500 vacas en ordeñe y en total unas mil vacas” entre secas y la recría.
Son dos establecimientos; uno más viejo, con instalaciones menos preparadas, y otro más moderno, inaugurado en 2014, con tecnología Rodeg que tiene 30 bajadas, y la idea es concentrar todo en este último, pero a la vez afirmar un sistema base pastoril, con vacas más pequeñas y menos pesadas. Para ello se comenzó a inseminar parte del rodeo con líneas de vacas frisonas europeas, más pequeñas que la que proporciona la genética americana. La idea es buscar una vaca que soporte más la caminata y el barro, y para ello se debe mejorar patas, con el objetivo de lograr un animal no tan pesado, aunque sin resignar producción.
A la hora de describir el presente lechero, Rattazzi indicó: “El negocio de producir leche está complicado, los precios internacionales de la leche en polvo están en baja, pero hay que aguantar”, dijo y agregó “el problema es que hay intervenciones continuas, con modificaciones de precios que no dejan muy claro que hay que hacer o dónde invertir. Si dejaran más libre el mercado y más libre la posibilidad de exportar a valores competitivos tendríamos un potencial enorme para desarrollar una industria muy potente como Australia y Nueva Zelandia, pero ahora quedamos atrás”.
A la hora de definir lo que piensa hacer con el tambo dijo que proyectaron “un año normal, ya que si uno pensara en agrandar el tambo, diría que no hay ningún incentivo para eso”.
Preguntado sobre que ve en 10 años en la lechería nacional, Cristiano Rattazzi dijo: “Para nosotros 10 años es lejísimo, aunque espero que todo mejore y que se puedan hacer grandes inversiones y aumentar la producción. Capacidad en Argentina hay, calidad de tierras, de hombres y de trabajo también, pero faltan otras cosas”.