La Diputada explicó que la situación del productor lechero ha empeorado en los últimos años y actualmente se encuentra trabajando a pérdida. Aunque el 75% de los tamberos produce menos de 3.000 litros diarios, se ha acentuado el cierre de pequeños tambos. “En la última década pasamos de 16 mil a 9 mil. Paradójicamente la política láctea del Gobierno ha destruido la actividad tambera”, puntualizó García.
Los beneficios que el Estado recibió ante los escenarios internacionales favorables, no han sido transferidos a los productores, haciendo que caiga su rentabilidad y los precios en el mercado interno. Por ello, planteamos que se “revierta la política lechera nacional, adoptando las medidas conducentes que amortigüen las contingencias económicas para que se proteja la actividad, a los productores y al producto”.
La falta de previsibilidad en el sector es un problema que se arrastra desde hace años y las Provincias solas no pueden revertir. “El gran desafío que enfrentamos es transformar a la lechería argentina en una producción sustentable económica y social”, apuntó la Diputada.