La genética está cambiando el manejo agronómico

La afirmación pertenece a Gabriel Espósito, de la Universidad Nacional de Río Cuarto.

Nidera Semillas reunió a un centenar de productores y asesores en el oeste de Buenos Aires. Más precisamente en Trenque Lauquen, donde la variabilidad de ambientes pone en juego las habilidades de los productores en cada momento. Allí, especialistas en maíz y soja compartieron conocimientos y experiencias sin perder de vista un tema clave: la genética avanza y con ella la necesidad de adaptar el manejo agronómico para aprovechar el potencial de cada semilla.

Uno de los oradores, que fueron moderados por el periodista Ricardo Bindi, fue el investigador de INTA Balcarce Aníbal Cerrudo. Su responsabilidad fue explicitar desde el punto de vista ecofisiológico las bases para la toma de decisiones en manejo de maíz. “Hoy el maíz se comporta cada vez más parecido a la soja”, dijo. “Se incrementó notoriamente la eficiencia con la que el maíz responde al agua. Y no hay que olvidarse de incorporar nitrógeno porque vamos a seguir obteniendo los mismos rindes que hace 20 años”, disparó.

“Si producimos en base al conocimiento, podemos aumentar la productividad y hacer más sustentable la producción. Eso es lo que los productores nos están pidiendo y es el desafío que tenemos por delante”, expresó Cerrudo para especificar que la fecha de siembra es una herramienta muy potente. “Al atrasarla exponemos a los cultivos a una menor oferta de radiación y energía, que redunda en menor rinde. En Balcarce se pierde un quintal por cada día que se atrasa la fecha de siembra, y en Trenque Lauquen puede ser un poco menos, medio quintal”, sentenció el especialista.

Sin embargo, esa visión preliminar no descarta que los maíces tardíos puedan ser una opción viable. “Es que la producción se puede llegar a elevar en algunos ambientes porque se escapa de la fecha de estrés y la floración cae en un clima más favorable. Aunque la rentabilidad puede ser menor, puede también ser más segura”, agregó.

Por otro lado, Cerrudo destacó el mejoramiento genético que han desarrollado los semilleros en los últimos años, con híbridos que poseen mayor tolerancia al stress y soportan mayores densidades.

A su turno, Fernando Ross, de la Chacra Experimental Integrada Barrow, describió lo que ocurre en ambientes restrictivos. “En escenarios con mayores limitaciones debemos preparar manejos defensivos, con menor densidad de plantas con el fin de soportar el stress aunque se resigne rendimiento”, señaló. “Hay que ser inteligentes y leer el ambiente”, añadió.

El doctor en Ciencias Agropecuarias y profesor de Producción de Cereales de la Universidad Nacional de Río Cuarto, Gabriel Espósito, se refirió al manejo de la nutrición en maíz. “Hay que pensar en los nutrientes duros, que son los que van a responder a los análisis de suelos. Cuando empiezan a faltar nutrientes, nos quedamos sin raíces. Sobre todo cuando no tenemos fósforo. Y cuando perdemos eso, se traduce en una menor eficiencia en el uso del agua y por supuesto en un menor rinde”, puntualizó.

“En Córdoba en general nos falta agua, y cuando tenemos deficiencia hídrica no nos puede faltar fósforo”, apuntó. Según Espósito hay un preconcepto de que el maíz tardío responde poco a la fertilización de fósforo. “La estrategia ideal es sembrar el maíz para que le llueva en floración. Y eso no se garantiza con ninguna fecha de siembra. Es cierto que febrero tiene mayor balance hídrico históricamente que enero, pero nada es seguro”, expresó.

El profesor de Río Cuarto recordó que el fósforo se acabó en casi toda la República Argentina. “Si agrego fósforo ocasiono deficiencia de zinc. Y el zinc es algo que también falta en todos los suelos de Argentina. Por eso la fertilización de fósforo junto a zinc maximiza la respuesta en el cultivo”, recomendó.

Sobre el nitrógeno, Espósito detalló que el 90% de los productores fertilizan con nitrógeno a la siembra. “No se debería poner todo el nitrógeno a la siembra. La genética está cambiando mucho y nos está obligando a cambiar el manejo. Ahora es importante fertilizar con nitrógeno en posfloración. Hay que cuidar la nutrición en estadíos avanzados de maíz, sobre todo en híbridos modernos”, dijo y agregó que es impensado recomendar densidad sino se piensa en el nitrógeno porque es una decisión que se debe tomar en conjunto ya que una depende de la otra.

Fuente: Agrositio

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