Por Bernardini María Clara
Dermatología
Los tatuajes se han convertido en una práctica cada vez más frecuente, en especial en las personas más jóvenes. Se calcula que entre un 3 y un 8 % de la población general tiene algún tatuaje. Sin embargo, es poco lo que se conoce acerca de su verdadera influencia sobre el de cáncer de piel. La Dra. María Clara Bernardini, integrante del Servicio de Dermatología de Grupo Gamma, nos acerca información sobre el tema. “El objetivo no es atemorizar sino informarlos acerca de las posibles complicaciones que puede generar este arte corporal, previamente a la decisión de ponerlo en práctica“.
En el mundo existen 50 reportes de casos de cáncer de piel asociados a tatuajes, de los cuales 16 resultaron ser melanomas, es decir, el tipo de neoplasia cutánea más agresiva. Si bien no se ha podido comprobar la relación causa-efecto directa entre uno y otro, es sabida la dificultad diagnóstica que genera un tatuaje debido al “enmascaramiento” que produce de las lesiones cutáneas.
Además del obstáculo en la detección de lesiones con potencial maligno, existe una extensa lista de complicaciones propias de esta práctica, entre las que podemos destacar las infecciones locales o a distancia (endocarditis, hepatitis), las reacciones alérgicas y la migración de tinta a ganglios vecinos. Esto último, dificulta aún más el manejo de pacientes con melanoma, a los cuales se les debe investigar la existencia de metástasis en el sistema linfático.
A lo antedicho se agregan los inconvenientes que surgen en los métodos de diagnóstico complementarios, como ser la Dermatoscopía Digital y la Anatomía Patológica, debido a la existencia de pigmento exógeno en las lesiones examinadas.
En resumen y como respuesta al primer interrogante que planteamos, podemos afirmar que los tatuajes constituyen una verdadera dificultad diagnóstica y terapéutica de lesiones cutáneas con potencial maligno. Por lo tanto, se recomienda a los pacientes que eviten realizar tatuajes sobre lesiones preexistentes, que se informen acerca de sus posibles complicaciones y se invita a las autoridades sanitarias a regularizar el uso de tintas con potencial carcinógeno, debido a que la FDA (Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos) aún no ha aprobado ninguna de ellas.