La elaboración de vinos en el Valle Inferior del Río Chubut ya no es una novedad, y si bien el número de productores aún es acotado, el trabajo sostenido a lo largo de los años empieza a arrojar los primeros resultados interesantes en cuanto al producto final.
Al pie de la barda sur, y muy cerca del acceso a Trelew por ruta 3 desde Comodoro Rivadavia, una familia inició hace algunos años un proyecto con fines en un principio domésticos, pero que a fuerza de un trabajo constante y con el asesoramiento de profesionales enólogos, hoy proyectan culminar el año con un centenar de botellas de vino de alta calidad listas para presentar.
Martín Pauluka, impulsor del proyecto Familia Pauluka, contó en diálogo con Cadena Tiempo que la historia de la producción de vinos en su caso nació “con un proyecto junto al INTA; hicimos una pequeña prueba porque queríamos hacer vino en casa, teníamos el espacio y nos prendimos. En el año 2007 adquirimos plantas de Malbec y Pinot Noir, con los que hemos tenido buenos resultados, y ampliamos la plantación en los últimos años a poco más de media hectárea, a pocos metros de ruta 3, a la altura del circuito Mar y Valle”.
“Nosotros teníamos el espacio y el INTA venía con ese proyecto de probar las plantas y como reaccionaban en el valle. Me prendí en las capacitaciones y bueno la verdad que agarre mucho impulso, termine ampliando la plantación y este año obtuvimos la primera mención por el Malbec en la Muestra Agropecuaria de Gaiman, lo que nos entusiasmó mucho para seguir adelante” sostuvo el productor, quien aseguró que se vio involucrado en la vitivinicultura a partir de esta experiencia.
En ese marco, afirmó que hay “mucho esfuerzo personal y familiar, primero no sabíamos mucho del tema, tuvimos que aprender sobre la marcha e íbamos viendo como resultaba” y con el paso del tiempo el producto “empezó a dar buenas características, buen aroma, buen color, y eso nos motivó a seguir adelante con este proyecto, con la intención de ampliarnos más, siempre y cuando nos del presupuesto el trabajo”.
En la actualidad, la plantación tiene un poco más de media hectárea, “y unas 2000 plantas, aunque no todas están en producción. A las dos cepas que ya nombramos queremos sumar una tercera, que es Cabernet Franc, pero recién vamos a ver como resulta en un par de años” indicó Martín en la entrevista con el programa “Suban El Volumen”.
En ese contexto comentó que todo está en etapa de experimentación y que por las características, “son muy parecidos a lo que es el Alto Valle de Río Negro”, para luego contar que trabaja junto al enólogo Marcos Lascano y definió al producto como “un vino artesanal pero tecnificado, no hacemos cosas caseras ni nada de eso; para hacer un buen vino lo esencial es hacerlo con un profesional, de manera de sacarle lo mejor a la materia prima que es lo que estamos haciendo nosotros”.
“La tierra en el Valle es bastante diferente. El valle no es homogéneo y no es lo mismo lo que hacemos nosotros que lo que hacen otros colegas con los que siempre charlamos y trabajamos, porque a veces la tierra es más arenosa o arcillosa depende el lugar del valle y yo estoy más cerca del mar por ahí son vinos con una influencia distinta por los vientos”.
Con una base de trabajo que se inicia en el laboreo de la tierra, el riego y la preparación de las plantas, tras la cosecha de fines de marzo y principios de abril se inicia el proceso de vinificación de la cosecha. “Hacemos un vino de alta gama, todo lo tecnificado que podamos, pero siempre digamos con condiciones artesanales. Por ahora las referencias son muy buenas, estamos con el pulgar arriba como se dice, y estamos buscando para fin de año tener envasada la cosecha de marzo de este año”.
Fuente: Diario la Jornada