La industria avícola está viviendo como nunca antes un contexto de gran competitividad y bajos márgenes para el sector, generado principalmente por el aumento de los costos de energía, mano de obra y logística. A esto se le suma la aparición de nuevos players en el mercado exportador, que compiten con precios muy bajos en mercados internacionales.
Por otro lado, nuestro consumo per cápita de carnes se encuentra en uno de los más altos del mundo, lo que hace que también se dificulte el aumento del consumo natural.
Esta nueva realidad nos obliga a ser cada vez más eficientes en todo sentido, tanto a productores como a proveedores de productos y servicios para la industria.
Teniendo en cuenta este contexto, Provimi (división nutrición animal de Cargill) ha organizado su Primer Simposio para productores, profesionales y asesores del sector avícola, en el que expertos en nutrición, gestión y producción presentaron las últimas novedades en la materia.
Más allá de la coyuntura en Argentina, la crisis en China es una enorme oportunidad para la industria avícola, dado que se estima que la carne de pollo será el segundo gran sustituto de la carne de cerdo en ese país. Los grandes proveedores actualmente son EE.UU., la Unión Europea y algunos países de Latinoamérica. “Argentina tiene la gran ventaja de estar libre de enfermedades, pero ¿estamos realmente preparados para esta oportunidad? ¿Qué tenemos que cambiar en nuestras empresas para aprovechar este escenario mundial?” con este interrogante Cirinei Miotto, Líder Comercial de Aves en Cargill Animal Nutrition Latam Sur, dio paso al profesor Mario Penz, Director Mundial de cuentas estratégicas, para Cargill Animal Nutrition
La disertación de Penz se refirió a las “Herramientas tecnológicas para la producción aviar”. Destacó, sobre todo, la necesidad de romper los paradigmas conocidos para tener nuevos resultados, “pensar fuera de la caja”. “Cada mañana tenemos que tomar decisiones. Podemos elegir entre dos caminos: decidir en base a lo conocido, lo cual nos llevará a un futuro previsible, o buscar soluciones que nos lleven a un nuevo futuro. La innovación no siempre es tecnológica, muchas veces está en cosas simples, sencillas” destacó el especialista.
Hasta hace unos años el foco estaba puesto en mejorar la eficiencia en el desempeño, desde el punto de vista zootécnico. Hoy lo que tenemos que lograr es mejorar la eficiencia económica: cuánto producimos por kg por m2 por año. Esto significa buscar el menor costo por animal vivo, maximizar el rendimiento de la planta de sacrificio y maximizar los márgenes. Y los principales aspectos a tener en cuenta para lograrlo son: bioseguridad, salud intestinal, mortalidad y conversión alimenticia.
“La nutrición de precisión no puede ser sólo un slogan. Ya no es posible prescindir de modelos matemáticos para tener buenos resultados y ser competitivos” alertó Penz. “La formulación lineal ya no sirve, es obsoleta. Hay múltiples variables que hay que integrar en el modelo que utilicemos, que incluya precios del mercado, precio de pollito bebé para ver si conviene criarlo o comprarlo, tipo de alimento, etc. La formulación no lineal no mira el menor costo del alimento, sino el mejor margen de contribución.”
El disertante también destacó la importancia de un ambiente controlado (temperatura, agua refrigerada, granja organizada y extra limpia), con la incorporación de inteligencia artificial para poder hacer un monitoreo en tiempo real de mortalidad, peso, sonido, CO2, etc.
Otro aspecto clave para mejorar los resultados económicos de la industria es el desarrollo de productos con valor agregado, ya que cuanto más procesado está el alimento mayor es el valor por kg.
Finalmente, Penz destacó la importancia de la gente. El perfil de los profesionales es clave para marcar la diferencia, y en eso los millenials son fundamentales. “Tenemos que aprender a comprenderlos, atraerlos, llamar su atención y mantenerlos ocupados, no les interesan los títulos” concluyó el especialista.