Charlas de café: ¿Quiénes compiten en el mercado rosarino?

Molido, en granos o en cápsulas, los rosarinos son cada vez más exigentes con su café

Según un informe elaborado por The Brand Bean para la Cámara Argentina de Café en 2014, el consumo per cápita de café en Argentina es de un kilo por año. La creciente popularidad de la infusión entre el público joven, sumada al aumento de la demanda de cafeteras hogareña son algunos de los factores que afectaron positivamente al consumo. ¿Quiénes compiten en el mercado rosarino?

La principal firma local dedicada a la importación y venta de café molido a la vista es La Fazenda. Radicada en el ex Hotel Rex (Santa Fe y Presidente Roca), cuenta ya con tres bocas de venta en la ciudad se dedica tanto al abastecimiento hogareño y de locales gastronómicos. Marcas bonaerenses como Café Martínez y Bonafide también han desembarcado en Rosario con sus productos y franquicias. La cadena internacional Starbucks también ha instalado cuatro de sus características sucursales, mientras que Nestlé Nespresso tiene su propia popup store en Alto Rosario Shopping.

Gabriel Lancellotti, socio gerente de La Fazenda, dice que “los consumidores se han vuelto mucho más exigentes”. Conocedor del mercado local, afirma que “cada vez más gente se compra una máquina de expreso y se informa sobre variantes de granos para preparar café en casa”. Según Lancellotti, este cambio en el hábito de consumo ha tenido lugar a lo largo de los últimos quince años: “Es una especie de tercera ola del café, caracterizada por el café origen, baristas que hacen mezclas cada vez mejor presentadas, el latte art y consumidores que se informan todo el tiempo desde las redes sociales”.

El empresario local destacó el papel que ha jugado Starbucks en la transformación del rubro. “Los cafeteros del mundo tenemos que agradecerles. Si bien no nos gusta su producto porque tiene muchos agregados de sabores, les debemos el haber hecho que los jóvenes vuelvan a consumir café”, explica. Lancellotti reconoce que esta nueva vertiente de público “le ha dado aire fresco” a la industria y un nuevo movimiento de clientes “que ha traído un importante impacto”.

Fuera del comercio de la venta de café en granos o molido, el envasado en cápsulas es otra tendencia  que ha cobrado fuerza en los últimos años. En 2013, el fabricante suizo perdió la batalla legal por proteger sus patentes sobre el sistema, lo que habilitó a otras marcas elaborar insumos para las máquinas de la multinacional. Es el caso particular de La Fazenda, que el pasado lunes se lanzó a la competencia con su propia línea de café en cápsulas.

Negocios en cápsulas

La Fazenda lanzó este lunes su propia línea de cápsulas de café compatibles con máquinas Nespresso. El producto ya se encuentra a la venta en las tres bocas de venta que poseen en la ciudad, y se espera que en breve se comercialice en locales gastronómicos, panaderías y tiendas de delicatessen asociadas al proveedor. Con un costo inferior al insumo original de las conocidas cafeteras, la marca local ahora compite en un mercado relativamente nuevo.

“El lanzamiento es resultado de observar las tendencias de consumo a nivel mundial. Hay muchas máquinas Nespresso en oficinas y casas, pero las cápsulas originales tienen precios muy altos por tratarse de un producto de importación”, explicó Lancellotti.

Según adelantó el empresario, el nuevo producto se venderá en cajas de diez unidades y habrá tres blends diferentes. “Usamos nuestro propio producto y elegimos los sabores según las preferencias de nuestros clientes”, comentó. En esta primera edición, se presentó una variante colombiana, una brasileña y el blend tradicional de la firma. La primera prueba de las cápsulas fue con cajas genéricas de veinte unidades.

El desarrollo llevó aproximadamente un año. Mientras que los recipientes son importados desde Francia, el proceso de envasado se terceriza con un proveedor nacional. En cuanto al café, utiliza la misma materia prima que el que se comercializa en los locales de La Fazenda, aunque con un procesamiento diferente. “Hubo que ajustar los puntos de tostado y de molienda, haciendo distintas mezclas para llegar al producto que queríamos”, relató Lancellotti.

El nuevo formato presenta una mejor conservación del producto y, sobre todo, la practicidad de contar siempre con la dosis exacta para un buen café. Sin embargo, el costo de estas facilidades viene acompañado de un precio superior. No obstante, el empresario afirmó que la demanda es muy alta y que ha tenido más pedidos de los que podía satisfacer inmediatamente.

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