Hidroponia se llama. Con esta técnica de cultivo sin tierra es posible obtener hortalizas y plantas más saludables y de excelente calidad, permitiendo un uso más eficiente del agua y los nutrientes.
Aunque el concepto pueda sonar novedoso, se trata de una metodología ancestral. El cultivo de plantas en un medio acuoso es anterior al cultivo de plantas en tierra firme. Se inicia con el crecimiento de plantas en los océanos primigenios y otras grandes masas de agua y data del tiempo del origen de la tierra. Como herramienta de cultivo para el hombre, la primera posible experiencia de cultivo hidropónico se remonta a los famosos jardines colgantes de babilonia, conocidos como una de las siete maravillas del mundo antiguo.
En la tierra, como en el cielo
Dando un salto inmenso en el tiempo a hoy, y para entender el contexto de evolución, la NASA ha recurrido a la hidroponía para cultivar vegetales en ambientes sin gravedad, utilizándola para alimentar a los astronautas en naves espaciales que viajan entre seis meses y un año. También continúa desarrollando esta técnica para la base proyectada en marte, que permitirá la realización expediciones de larga duración. Esto reafirma la hidroponía como una solución en zonas desérticas.
Aquí nos detendremos a hablar entonces sobre el escenario futuro de nuestro planeta, en el que se calcula que para el 2050 la población mundial superará los 9 mil millones de habitantes, creciendo a un 1,1% de forma anual, por lo que se necesitará producir 70% más de alimentos que hoy. A su vez, el clima de nuestro mundo está cambiando rápidamente siendo más comunes sequías, inundaciones y factores impredecibles, volviéndose difícil la tarea de mantener a salvo los cultivos tradicionales.
En este contexto, y acompañando del desgaste natural de los suelos y la creciente escases de recursos como el agua, se abre un escenario ideal para que las nuevas tecnologías agrícolas y la agricultura urbana, en donde se enmarca la hidroponia, colaboren en volver resistentes los cultivos y combatir los desafíos del cambio climático.
“En Poniio hemos desarrollado un modelo de negocio que acompañe todos estos aspectos y necesidades de evolución”, señaló Juan Pablo Las Heras, integrante de la firma. Añadió que “se trabaja sobre varios frentes o unidades de negocio que permiten dar respuesta a distintas necesidades de mercado, sociales y ambientales”. Entre ellas citó:
Cultivos: Unidad productiva de alimentos saludables, y libres de agroquímicos.
Escuela: Unidad que se orienta a educar, y difundir la técnica hidropónica como metodología de cultivo alternativa, acompañamiento e impulso a nuevos proyectos.
Laboratorio: Unidad que desarrolla soluciones nutritivas de calidad y a medida para proyectos hidropónicos
Franquicias: Unidad que ofrece a inversores proyectos cerrados llave en mano, enmarcados en un sistema de franquicia en donde resolvemos todo tipo de necesidades, brindando asesoramiento integral.
Productos: Unidad de desarrollo de productos asociados, como huertas de hogar, para acercar la hidroponia a los hogares y familias.
Actualmente el proyecto Poniio se encuentra en expansión, con pronto lanzamiento de una unidad productiva de 1.200 metros cuadrados, con una capacidad para 20.000 unidades mensuales. La actual estructura posee un amplio desarrollo sobre todo de las unidades Laboratorio y Educación, siendo Poniio la única escuela con invernadero en el país, y la única casa educativa en hidroponía de la provincia de Córdoba, con más de 300 alumnos a la fecha.
“Junto nuestro equipo de trabajo compuesto por casi 10 profesionales y apasionados por estos cultivos, acompañamos el desarrollo de nuestra sociedad, pensando en sustentabilidad, alimentación saludable y desarrollo tecnológico, siendo estos los pilares básicos que nutren nuestros proyectos”, indicó Las Heras.
Para más información hay que contactarse a través del portal www.poniio.com, o en las nuevas instalaciones de la firma en Malagueño, Córdoba.