La tecnología, clave para el trabajo en conjunto

Como en cada trimestre, la compañía de Recursos Humanos, Randstad, entregó los resultados del tercer Workmonitor del año. Este estudio hace un relevamiento sobre las expectativas de los trabajadores, sus estados de ánimo y el comportamiento, tanto en Argentina como en los otros 32 países en los que trabaja la compañía.

El 90% de los trabajadores señaló que la tecnología cumple un rol fundamental para facilitar el trabajo colaborativo, aunque 8 de cada 10 considera que es más efectivo cuando la modalidad es cara a cara que mediante entornos virtuales. Apoyando la alta valoración que se le da al trabajo colaborativo, 6 de cada 10 trabajadores argentinos asumen tener un mejor desempeño cuando trabajan en equipo que al hacerlo en forma individual.

Al respecto, Andrea Ávila, CEO de Randstad, afirmó: “El hombre es un ser social que difícilmente logre sus objetivos sin la ayuda de alguien más. Sin embargo, trabajar en equipo no nos nace naturalmente como se pudiera suponer, sino que requiere un aprendizaje que lleva tiempo y que se renueva con cada equipo que integramos. Se trata de aprender que podemos potenciarnos a partir del entendimiento con los otros, pero que para lograr esa complementariedad tenemos que ceder autonomía, atributo sumamente valorado en las sociedades individualistas como la actual”.

“Los proyectos que encaran las empresas son cada vez más interdisciplinarios, lo que implica la convocatoria de profesionales de diferentes áreas, que hablan diferentes lenguajes y que hasta tienen diferentes indicadores para medir el éxito de su trabajo. Esto se suma a que la globalización y las estructuras matriciales, que son moneda corriente en las organizaciones, hacen que los profesionales que deben articular en conjunto raramente se encuentren en una locación de la empresa, sino en diferentes oficinas, provincias y hasta países. La interdisciplinariedad y la distancia son dos factores que pueden condicionar el éxito del funcionamiento de un equipo de trabajo, por eso, tanto las áreas de capital humano como las de tecnología tienen cada vez mayor relevancia. La primera, para poner en manifiesto entre los empleados los beneficios de la colaboración y estimular la adopción de estilos de gestión basados en el trabajo en equipo. La segunda, para facilitar herramientas y canales de comunicación que sean atractivos, fáciles de utilizar y funcionales a las necesidades que tienen los empleados”, agregó Ávila. 

La preferencia por trabajar en equipo es compartida en igual medida por los trabajadores de Latinoamérica: el 67% de los brasileros dice ser más efectivo en equipo, al igual que el 68% de los mexicanos y el 71% de los chilenos.

La búsqueda de mejores condiciones laborales lleva a querer cambiar de empleo

Al igual que en el semestre anterior, en el tercer trimestre del año la búsqueda de mejores condiciones laborales es la principal razón que motiva a los trabajadores a cambiar de empleo. En segundo término se ubican los deseos personales de cambio (29%), le siguen las ambiciones vinculadas a la carrera profesional (18%), las causas organizacionales (17%), la insatisfacción con el empleador (17%), las causas personales (12%), las ambiciones en el área del management (9%) y la insatisfacción del empleador con el trabajador (3%).

7 de cada 10 trabajadores confía en encontrar empleo

El 69% de los trabajadores confía en que podría encontrar otro empleo, similar o diferente al que se encuentra realizando, en los próximos seis meses. Por otro lado, la búsqueda activa de empleo bajó 3 puntos en relación al trimestre anterior, alcanzando al 13% de los trabajadores. Los jóvenes son quienes tienen más miedo de perder el empleo, así lo manifestó el 21% y también los más confiados en poder encontrar otro rápidamente (81%). 

Los trabajadores quieren innovar 

Ocho de cada 10 trabajadores, hombres y mujeres por igual, comentan que tienen la necesidad de hacer algo diferente y generar un cambio en lo que respecta a sus trabajos y carreras profesionales. Esta impronta es levemente más marcada entre los adultos de 35 a 44 años (52%) y disminuye a 4 de cada 10 entre los trabajadores próximos a jubilarse (de 55 a 64 años).

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