Desde Río Negro hasta Tierra del Fuego, la esquila pre-parto es una de las prácticas más reconocidas e implementadas por los productores. Acompañada de un correcto manejo, permite duplicar la señalada –cantidad de corderos marcados en un año– y mejorar el peso al nacer. Además, su implementación permitió aumentar el rinde de la lana y la resistencia a la tracción de la fibra.
Andrés La Torraca, coordinador del Área de Ganadería y Tecnología de Lanas del INTA Chubut, destacó la importancia de esta tecnología de manejo por los beneficios que se obtienen. “La extracción del vellón antes del parto hace que la oveja busque lugares más abrigados para la parición, lo que permite que el cordero se seque y se incorpore con mayor facilidad”.
Realizada entre unos 30 a 45 días previos al inicio de la parición, la esquila incide directamente en el consumo y gasto energético de la oveja, mejora de 5 a 10 puntos la señalada y aumenta de un 5 a un 7% el rinde de la lana sucia.
“Esto se traduce en una mayor ingesta diaria de forraje, lo que significa una ganancia de 300 gramos más sobre el peso de nacimiento, mayor crecimiento y desarrollo del cordero”, explicó La Torraca.
Asimismo, la ausencia de lana en la zona de la ubre de la oveja esquilada facilita que el cordero acceda a la primera leche brindada por la madre –calostro–. “Con la oveja esquilada y reparada, el cordero se garantiza la leche y el calor materno, y también se siente más seguro, lo que le permite desarrollarse con más fuerza”, expresó La Torraca.
Para Héctor Calandri, productor del establecimiento “La Clara”, ubicado a 45 kilómetros al Sur de Chubut, la esquila previa al parto “es una técnica patagónica que representa un aumento del 75 y 80% en los índices de señalada. Para quienes invierten en genética, eso es fundamental”.
Carlos Cejas, productor ovino de la zona de Malaspina, al sureste de la provincia, señaló que la clave a la hora de elegir está técnica está en la obtención de “mayor cantidad de corderos nacidos, naturalidad en el vínculo madre-cría y una lana apta para ser aprovechada en el ámbito industrial”.
Además del impacto positivo que genera esta técnica en el cordero recién nacido, la esquila antes del parto incide en la calidad de la lana. De acuerdo con el técnico del INTA, “observamos que rinden más al lavado y que aumenta la resistencia a la tracción en la fibra”.
El momento de la esquila preparto coincide con el punto en donde la fibra de lana sufre un mayor adelgazamiento por el stress de la falta de la comida a la salida del invierno. “Esta reducción en el diámetro de la fibra, que se reconoce en el tercio final de la mecha, provoca lanas más resistentes que no se quiebran en su base, mejorando el desempeño industrial durante el proceso de peinado y obteniendo un top –lana lavada y peinada– con fibras más largas –mayor altura media–”, explicó La Torraca.
Según Calandri, “para nosotros que estamos en campo con las ovejas, es más evidente el cambio en la resistencia de la lana. Muchas veces la fibra pre-parto es hasta un 30% más resistente que las lanas de ovejas no preñadas”.
Planificación, la clave
Bajo la práctica de la esquila pre-parto, es posible organizar y planificar todo el calendario de trabajo en el campo. De acuerdo al análisis realizado por La Torraca, esta técnica no significa únicamente anticipar la fecha de servicio y esquila, sino que “requiere una planificación integrada al manejo general del establecimiento: instalaciones adecuadas, potreros, reparos, un adecuado manejo de los arreos, de los carneros y planificación de las fechas de inicio del servicio”.
Según Cejas, en su establecimiento la esquila se realiza en fechas programadas, no muy anticipado al parto ni muy sobre la hora del trabajo de la oveja. “Implica ser un poco más ordenado, pero el resultado es más prolijo y menos riesgoso”, reflexionó el productor.