La región consolida su liderazgo

El 66% de los despachos totales de trigo argentino, se hacen desde nuestra zona.

A pesar de las fuertes alzas y baja, la producción de trigo en Argentina del año 2018 no dista mucho de la obtenida en 1998. Una leve caída en el área más que compensada con mayores rindes permite una suba en el volumen cosechado del 25%, cuando las producciones de maíz o soja se duplicaron en el ínterin. Las exportaciones del grano, en tanto, crecieron un 15% pero con un notable cambio en el nodo portuario líder de despachos: hace 20 años atrás, el Gran Rosario embarcaba el 23% del total mientras que el año pasado representó el 66% de los despachos de trigo.

Del lado de la producción nacional de trigo, como se dijo, se verifican fuertes vaivenes en la participación del cereal en los planteos productivos. De 5,9 millones de hectáreas que se destinaron al cereal en el año 1997, en el 2001 se alcanzó el máximo de las dos décadas bajo análisis con 7,1 Mha, para a partir de allí ingresar en una fuerte tendencia decreciente hasta tocar un mínimo de 3,2 Mha en el año 2012. Desde entonces, la superficie triguera en Argentina se ha recuperado hasta alcanzar un nuevo máximo relativo el año 2016 con 6,4 Mha. En el 2017, sin embargo, los excesos de humedad en el invierno no permitieron completar el área de intención y la superficie sembrada cedió a 5,9 Mha, como se observa, al mismo nivel que ostentaba en el año 1997 cuando comenzó esta serie.

Sin embargo, a pesar que el total de hectáreas sembradas con trigo en Argentina está al mismo nivel de hace 20 años, ha habido una sustancial modificación en las zonas donde la misma tiene lugar. En estas últimas dos décadas, el tradicional núcleo triguero del sur de la Provincia de Buenos Aires ha ido perdiendo participación en el total nacional y mientras que hacia inicios del período representaba el 40% del área total, ya hace tres años que su participación no supera el 20%.

Cuando nos referimos al núcleo triguero del sur bonaerense estamos computando a los siguientes partidos: Adolfo Gonzáles Chaves, Ayacucho, Azul, Bahía Blanca, Balcarce, Benito Juárez, Cnel. de Marina L Rosales, Cnel. Dorrego, Cnel. Pringles, Cnel. Suarez, Gral. Alvarado, Gral. La Madrid, Gral. Pueyrredón, Laprida, Lobería, Mar Chiquita, Necochea, Olavarría, Patagones, Puán, Rauch, Saavedra, San Cayetano, Tandil, Tornquist, Tres Arroyos y Villarino. Los mismos corresponden a los Dominios de Estimación 8, 9, 10 y 11 de la Dirección Provincial de Estadística de la Provincia de Buenos Aires.

Del lado opuesto, las provincias donde más ha crecido la superficie sembrada con trigo son aquellas cuya producción destinada al mercado externo tienen natural salida por los puertos del Gran Rosario: Córdoba, liderando las subas, Santiago del Estero en segundo lugar, seguidas por Entre Ríos, Santa Fe, NOA y NEA. Con tres grandes nodos portuarios para el despacho de mercadería a granel en el país, Rosario en el sur de Santa Fe y Bahía Blanca y Quequén hacia el sur de Buenos Aires, para minimizar costos de flete lo natural es que la mercadería se despache por su puerto más cercano.

La provincia de Buenos Aires, en tanto, sigue liderando la productividad del cultivo con rindes superiores a la media nacional, aunque donde más creció la productividad fue hacia el centro y norte de dicha jurisdicción. Para la campaña 2017/18, según datos de la Secretaría de Agroindustria, el rendimiento promedio de la provincia de Buenos Aires fue de 3,9 toneladas por hectárea, un 31% por encima del registrado en la 1997/98. En tanto, el rinde promedio en la provincia de Córdoba subió un 125% en dos décadas pasando del octavo lugar en el ranking provincial de rindes de 1998 al segundo lugar en el 2018, con un promedio de 3,6 t/ha. Como consecuencia de ello, si bien Buenos Aires continúa siendo la provincia líder en producción de trigo en Argentina, Córdoba escaló al segundo lugar dejando tercera a Santa Fe y cuarta a La Pampa.

De la mano de la mayor producción nacional, las exportaciones argentinas pasaron de 10,3 Mt en la campaña 1997/98 a 11,9 Mt en el ciclo 2017/18, con una suba del 15%. El consumo doméstico de trigo se caracteriza por su estabilidad a largo plazo producto de una baja elasticidad-ingreso. En otras palabras, el consumo de trigo y sus productos derivados es relativamente estable para todos los eslabones de ingreso en la sociedad argentina, por lo que ni baja sustancialmente cuando se deterioran las condiciones económicas ni sube considerablemente al mejorar el nivel de actividad. Así, la demanda de este tipo de bienes se mantiene relativamente más aislada de los vaivenes del PBI. A nivel global, las variaciones del consumo doméstico de trigo y derivados dependen principalmente del crecimiento poblacional, que sólo puede mostrar alteraciones para períodos más largos de tiempo.

Se deduce de lo anterior que el aumento en la producción se traduce directamente en una suba del saldo exportable de trigo y subproductos. Se estima que siempre se usarán fronteras adentro unas 6 millones de tonelada de grano, y toda la producción que exceda ese número encuentra como destino natural el mercado internacional, lo cual explica que la mayor parte de la suba en la producción haya estado destinada a satisfacer a la demanda externa.

Puede verse en el gráfico que sigue la evolución de las exportaciones de trigo en los últimos 20 años, y cómo ésta correlaciona muy fuertemente con la marcha de la producción comentada ut supra.

Se observa que el volumen exportado de trigo en cada campaña ha sido muy volátil en las últimas dos décadas, alcanzando en la campaña 2016/17 un récord histórico cercano a los 13 millones de toneladas y en la 2013/14 un mínimo de 1,6 millones. Punta a punta, los despachos al exterior de la última campaña se encuentran, con 11,9 Mt, un 15% por encima de lo embarcado en el ciclo 1997/98. Sin embargo, incluso en medio de estos vaivenes, es clara la consolidación del liderazgo del nodo portuario Rosario (que adiciona a la terminal de la ciudad los despachos desde San Lorenzo y Timbúes, localidades que conforman el llamado Gran Rosario o Up River Paraná). Los embarques desde el resto de los puertos, en tanto, se han mantenido mayormente constantes en toneladas embarcadas, tal como muestra el gráfico adjunto.

De la mano del crecimiento en los embarques de granos -no sólo trigo sino también, y sobre todo, maíz-, en los últimas dos décadas las terminales portuarias argentinas realizaron fuertes inversiones para incrementar su capacidad de recepción, almacenaje y embarque. Tal como muestra el cuadro adjunto, el Nodo portuario del Gran Rosario es el que más ha incrementado su capacidad de almacenaje de granos, sumando entre 1998 y 2018 más de 4 millones de toneladas, para alcanzar los 6,3 Mt de capacidad. El ritmo de carga promedio de las terminales de la región, además, es la más alta del país con 2.433 toneladas, seguida por Bahía Blanca con 2.267 según los datos disponibles en los anuarios de J.J. Hinrichsen S.A. y relevamientos propios para el Gran Rosario.

Puede concluirse que el esfuerzo del sector productor en incrementar el volumen cosechado de trigo en los últimos años fue acompañado por el sector exportador del Nodo Rosario, que realizó grandes inversiones para poder descargar, almacenar y embarcar estos granos consolidando el liderazgo del conglomerado Rosario en despachos de trigo argentino.

Fuente: BCR

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