Las adicciones son enfermedades cerebrales caracterizadas por comportamiento compulsivo, abuso sostenido de drogas a pesar de las consecuencias negativas y cambios persistentes en la estructura y función del cerebro. Suelen acarrear altos costos médicos, económicos y sociales.
Son similares a otras enfermedades biológicas porque:
- Tienen componentes biológicos y conductuales, y ambos deben ser abordados durante el tratamiento.
- La recuperación (abstinencia sostenida y funcionalidad restaurada) es a menudo un proceso de largo plazo que requiere períodos de tratamientos reiterados.
- Presentan tasas de recaída similares a las de la Hipertensión, Diabetes y Asma (McLellan et al., JAMA, 2000).
- Las recaídas pueden ocurrir durante o después del tratamiento, y señalan una necesidad de ajuste o reinstalación del mismo.
- La participación en programas de apoyo durante y después del tratamiento puede ser útil para sostener una recuperación a largo plazo.
El desarrollo de una adicción involucra múltiples factores: genéticos, biológicos, biográficos y sociales. Puede constituirse en una enfermedad del neurodesarrollo con inicio en la adolescencia y la infancia, edades en las que actualmente comienza el consumo de tabaco, alcohol y marihuana.
¿Por qué la gente consume drogas por primera vez? Para sentirse bien, experimentar nuevos sentimientos, sensaciones, experiencias y compartirlos con su grupo social. También para disminuir la ansiedad, las preocupaciones, los temores, los síntomas depresivos y los momentos de desesperación.
El uso prolongado de drogas puede inducir cambios profundos y sostenidos en el cerebro. Estos cambios pueden ser tanto estructurales como funcionales. Está demostrado que las drogas de abuso pueden comprometer severamente la motivación y el circuito cerebral ligado a la recompensa, donde la dopamina es el principal neurotransmisor. Pero la investigación científica ha verificado que otros neurotransimsores también se ven afectados. Entre ellos podemos mencionar a la serotonina, involucrada en la regulación del estado de ánimo y el sueño, y el glutamato, que interviene en la regulación del aprendizaje y la memoria.
Tratar un desorden bioconductual, como son las adicciones, implica ir más allá de simplemente “arreglar la química”. Necesitamos asistir al paciente en su totalidad. Para tal fin se dispone de tratamientos farmacológicos, psicoterapia, servicios médicos y sociales. Todo esto debe darse en un contexto social único para cada consultante.