Precios de un dígito para la soja en Chicago

A un mercado deprimido por la óptima condición de los cultivos y el inminente comienzo de la trilla en algunas regiones de Estados Unidos se le sumó el impacto bajista del informe del USDA, cuyas estimaciones de oferta mundial del ciclo 2014/15 se ubicaron bien por encima de las expectativas de los operadores privados, pese a ligeros incrementos en las previsiones de demanda.

Los operadores del mercado toman con nerviosismo la tendencia vigente en los últimos dos meses, puesto que ha quebrado todas las áreas de soporte importantes y prácticamente no experimentó correcciones alcistas significativas. Durante esta semana el contrato con entrega en noviembre quebró a la baja los u$s 10/bushel y alcanzó cotizaciones de un dígito que no se veían desde el año 2010. La sobreventa queda de manifiesto al observarse la posición de los fondos especulativos que publica la Commodity Futures Trading Commission (CFTC), que alerta sobre una cartera vendida que llega a casi 12% del interés abierto del mercado.

 

El USDA modificó su cálculo de cosecha en el país del norte hasta 106,5 millones de toneladas, fruto de la obtención de rendimientos en torno a 31,3 qq/ha como promedio en todo el país. Sobre 23 analistas encuestados por Reuters antes de la publicación del reporte, sólo cuatro pensaban en rindes más elevados que la estimación del USDA. Dicha cifra de productividad unitaria se ubica un 6% por encima del nivel alcanzado en el ciclo 2009/10, mientras que la importantísima área sembrada dará lugar a que la producción supere por 15 millones de toneladas el récord precedente. Al mismo tiempo, la proyección de stocks finales de la campaña se incrementó hasta casi 13 millones de toneladas, volumen que significa una notable recomposición respecto del menguado remanente al concluir el último año.

En línea con las estimaciones para su país, el USDA planteó un escenario de producción más optimista para el hemisferio sur, sumando cuatro millones de toneladas entre Argentina y Brasil. En ambos casos el ajuste obedece a una mayor estimación de área cubierta, siendo en la situación argentina inducida por la caída en la intención de siembra de maíz. En este contexto, la campaña mundial finalizaría el próximo agosto con un volumen de oferta remanente para 2015/16 de 90 millones de toneladas, cifra 50% superior al promedio de los últimos 5 años y equivalente al consumo mundial de casi cuatro meses.

Por su parte, los subproductos relacionados con la soja reflejaron el comportamiento bajista del mercado primario. En el caso de la harina se registraron importantes caídas debido a la menor demanda tanto del frente doméstico norteamericano como de la exportación, a la espera de que la llegada de la nueva cosecha disminuya los costos de aprovisionamiento. Las bases del mercado interno de Estados Unidos siguen fuertes pero en algunas localidades ya se insinúa un descenso. Para la actividad exportadora persiste una fuerte competencia por precio de la mercadería de origen sudamericano.

En el plano local los compradores siguen trasladando el efecto de las caídas externas y la retracción de la oferta ha estabilizado el mercado en niveles cercanos a la capacidad teórica de pago, debilitando los márgenes de la industria. El deterioro de las primas FOB de los subproductos ejerce presión adicional. El Ministerio de Agricultura informó un valor FAS teórico de $ 2.207/ton para las operaciones del jueves, frente a un precio estimativo de $ 2.245/ton establecido para la rueda de operaciones del mismo día en Rosario. En el marco de esta situación, la capacidad ociosa de las fábricas está en ascenso luego de marcar mínimos entre abril y julio.

La situación externa plantea una doble encrucijada para el sector en nuestro país. Por un lado, una proporción cercana al 40% de la última cosecha no ha sido adquirida aún por usuarios finales, como plantas de crushing o exportadores. El deterioro de los precios ha producido un quebranto notable para quienes detentan la propiedad de esta mercadería sin estrategias de cobertura en el mercado a término. Asimismo, la caída de los precios ha complicado los planteos a cosecha, aunque la situación todavía más dramática que afecta al maíz lograría sostener -y quizás aumentar ligeramente- el área de siembra.

 

A futuro podríamos estar hablando de un cambio de paradigma que implique precios de las commodities agrícolas alejados de sus máximos de 2012 y más cercanos al promedio de la última década. De ser este el caso se hace necesario devolverle al sector la competitividad que ha perdido en los últimos años, en los que creció la presión impositiva, se redujeron las inversiones en infraestructura y se crearon distorsiones en los mercados de capitales, extremadamente necesarios para nutrir de financiamiento a los productores y las empresas que participan de la comercialización.

Todavía no hay estimaciones concretas de cara a la campaña sojera 2014/15, aunque ya se manejan precios de mercado en torno a u$s 250/ton para la entrega en mayo. Esta cifra se encuentra un 15% por debajo de los valores de referencia a la misma altura del año pasado y es casi un 30% inferior a la vigente en la precampaña 2012/13, caracterizada por el empujón que brindó a la producción agrícola de nuestro país la histórica sequía de Estados Unidos. Una de las consecuencias de este panorama de mercado más adverso será la puesta en marcha de planteos productivos más conservadores, con menor uso de tecnología.

Fuente: Guillermo Rossi – BCR

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