Buenos Aires es la ciudad más visitada por los turistas. Casinos, boliches, bares, shoppings, teatros, el fútbol y barrios típicos como La Boca hacen que se convierta en la número uno, pero al mismo tiempo se convierte también en el escenario ideal para trampas y estafas al estilo “Nueve Reinas”. En esta nota te contamos cómo funcionan las “viudas negras”, “los pungas” y “el Artista”, el falsificador de billetes más importante de todo el país.
Un ex policía de la fuerza de Buenos Aires, explicó: “Lo más frecuente es la estafa del taxista al turista. La falsificación de billetes es muy común, las bandas son muy grandes, se manejan en organizaciones muy prolijas y trabajan con armas de fuegos, muy sofisticadas y que superan a las de las fuerzas policiales del país”.
Los primeros signos para detectar un billete es el color. Es más blanco, la imagen es más clara y en algunos de ellos las líneas de metal no existe y es solo una pintura. Pero los expertos trabajan en esos tips y lo que los diferencia es la marca de agua que solo se distingue del original por unos centímetros más abajo.
Conor Woodman es un periodista extranjero, que viajó a Buenos Aires a realizar una investigación sobre estafas y hurtos, los más comunes que sufren los turistas. Tomó un taxi en una parada, y al llegar al destino le abonó con $100, a través de una cámara oculta se puede observar cómo el chofer intercambia el billete por uno falso y se lo devuelve. El taxista accedió a una nota y contó que compra los billetes de $100 a $50 y que solo se puede realizar “la mexicaneada” con papel moneda de ese valor. Solo distribuye entre 3 y 5 al día y solamente a turistas, “porque no conocen el papel”.
Fernando es su nombre de pila y se dedica a distribuir el dinero falso en la calle. Confesó en cámara que le compra el dinero a la policía de Buenos Aires, “se hace un intercambio con mi gente y lo distribuyo a taxis, cabarets, casa de cambios de jubilados. Donde hay turistas hay dinero falso”. Aseguró que el gana más de mil dólares semanales con este empleo.
El “punga” está en la calle y nunca trabaja solo. Un malviviente del barrio de La Boca informó que gana alrededor de $16 mil semanales. Y que a la víctima la sigue varias cuadras para ver si maneja dinero. Anabela, se dedica a lo que vulgarmente se denomina “viuda negra”, ella se acerca a los turistas para seducirlos a cambio de una copa, luego los incentiva a que la inviten al hotel o el departamento que están alojados, a través de una sustancia que introduce en su copa los deja dormido para luego comenzar a operar y robar “todo lo que este a su alcance”. La joven y ladrona confesó ganar alrededor de U$s 10 mil por noche.
A mitad de de la investigación comienza a sonar el nombre de Héctor “el Artista” Fernández, todos lo señalan como “el mejor y a el que nadie puede engañar”. El puntapié para llegar a él, fue una banda de traficantes de billetes. Recibieron al periodista encapuchados y armados. El encargado de la banda, en ese momento, explicó: “En un día podemos llegar a fabricar $100 mil. La principal fuente de peligro para nosotros es la policía pero no hay nada que el dinero no pueda comprar, todo tiene su precio. Lo distribuimos en casa de cambios, negocios, taxis y bancos. Estos últimos son los mejores clientes junto a los cajeros automáticos”.
Juan Carlos, ex oficial de policía y dedicado actualmente a investigar la fabricación de billetes falsos, explicó: “La falsificación en la Argentina ha perdido sanción moral, la gente no lo toma como un delito sino como una picardía. El único que hizo historia en el país fue el Artista Fernández, sobornó desde autoridades políticas, hasta judiciales para no ir preso, solo estuvo detenido cinco veces y muy cortos plazos”.
El periodista extranjero pudo dar con el renombrado, el anciano que dejo todos sus afectos para dedicarse a la estafa confesó: “Es un negocio muy grande en este país porque no hay trabajas ni medidas de seguridad. Entonces, falsificarlos es muy sencillo, de mis obras debe haber entre 10 y 12 millones de dólares”.
Redacción ON24