ASA es la institución semillera más antigua del país y nuclea desde empresas familiares hasta grandes multinacionales. Todas unidas con el mismo objetivo: brindar a Argentina y el mundo semillas de excelente calidad con tecnología de vanguardia.
Fue fundada el 28 de enero de 1949 por un grupo de empresarios que comprendió la necesidad de trabajar juntos por objetivos comunes. Afortunadamente, las empresas fundadoras siguen presentes en la institución: Klein, Buck y Basso Semillas que, junto a un gran número de empresas que se fueron incorporando a lo largo del tiempo, trabajan para promover el uso de tecnología para mejorar la calidad y competitividad de la producción agropecuaria dentro de un esquema de agricultura sustentable.
Desde su fundación, las empresas asociadas a ASA han sido partícipes principales de los cambios tecnológicos profundos en la producción de alimentos proveyendo a sus clientes semillas adaptadas a los distintos ambientes y sistemas productivos. Se encuentran radicadas en distintas localidades del interior con campos, centros de investigación y plantas que dan trabajo con desarrollo y arraigo local. En este sentido, cabe destacar que la industria semillera argentina invierte el 9% de su facturación en investigación y desarrollo y emplea al 4% de los científicos del país.
“El desafío de la industria semillera argentina pasa por atender las necesidades de los productores locales, consolidar al país como exportador, cuidar el medio ambiente, continuar trabajando por regulaciones basadas en ciencia y promover el respeto a la propiedad intelectual de las obtenciones vegetales y otras tecnologías incluidas en la semilla”, destacó la entidad.