Fundada por un chico de 19 ya factura más de 130 millones

Disconformes con la ropa que llevaban para hacer ejercicio, impulsó a Francis a crear la suya en el garage de su casa

Con tan solo 19 años de edad, Ben Francis estudiaba las mañanas en la universidad, trabajaba como repartidor de pizzas en Pizza Hut a las tarde y a las noches le invertía el poco tiempo que le quedaba a un emprendimiento que le sacaba el sueño y se terminó por convertir en una gran empresa.

Fanático del gimnasio, Francis se dio cuenta que la gente estaba disconforme con la ropa que llevaba para hacer ejercicio y por ende decidió crear la suya en el garage de su casa. Para lograrlo le pidió un préstamo a su hermano y amigos y con su primer capital compró una máquina de coser y una impresora para empezar a diseñar las piezas de indumentaria deportiva.

Antes de llegar a este punto, Ben ya había probado suerte con algunas apps para medir el ejercicio corporal (una de éstas de dejó 10 mil dólares de ganancias) y con la venta de suplementos alimenticios para deportistas, todo relacionado siempre con el mundo del deporte.

Un día tuvo que renunciar a su trabajo y a la universidad para dedicarse de lleno a su emprendimiento, al cual decidió llamar Gymshark y que por entonces no dejaba de darle saldos en rojo. Allí, Francis decidió hacer un estudio de mercado, preguntando a la gente cuánto pagaría por sus productos.

Inició regalando su indumentaria a influencers del ejercicio como: Lex Griffin y Nikki Blackketter y entonces su popularidad se tornó tal que sus redes sociales ascendieron a 2,4 millones de seguidores en Instagram y 1,5 millones en Facebook, dando lugar a que la firma crezca al punto de facturar 130 millones de dólares por año en base a más de 1,2 millones de clientes, con el apoyo de 215 empleados en sus oficinas del Reino Unido.

“Los influencers le dan a los clientes una razón para comprar los productos de Francis por sobre los de otras marcas, porque de alguna manera ellos sienten una conexión personal”, aseguran desde la firma británica que tiene hoy el 40% de sus ventas para Estados unidos y que apunta a otros 25 países en el próximo año.

Una de las claves de su crecimiento sostenido fue la gente con la cual se rodeó el joven emprendedor, quien hoy cuenta con especialistas en cada una de las áreas de su firma. Aparentemente sin techo comercial ni económico.

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