Helicobacter Pylori: descubriendo esta bacteria

Autor: Rodolfo Pedrana 
Especialidad: Gastroenterología

El Helicobacter Pylori (Hp) es una bacteria que solo vive en el estómago humano (con escasas excepciones de algunos animales, muy poco comunes).

Desde que se comprobó que es la principal causa de la úlcera gastroduodenal, esta enfermedad pasó a ser considerada un padecimiento infeccioso (como la gripe o la neumonía). Etiología impensable hace solo menos de 30 años.

La infección por Helicobacter Pylori es frecuente y se considera que aproximadamente 1500 millones de personas en el mundo son portadores, no enfermos. Es decir conviven con la bacteria pero no presentan enfermedad.

Debido a que el Hp es la causa de enfermedades del estómago y duodeno, como la úlcera, las gastropatías erosivas hemorrágicas o no, cierto tipo de linfomas (MALT) y algunos de cáncer, es importante su diagnóstico y tratamiento siempre que esté produciendo enfermedad o como prevención de las mismas.

Obviamente es necesario aclarar que el porcentaje de enfermos es infinitamente menor que la de los infectados, el Hp causa patología digestiva en menos del 15% de los casos y para las más graves (linfomas y cáncer) el porcentaje es mucho menor y se necesitan para que se produzcan ciertas condiciones propias de la bacteria, del medio y de la genética del paciente.

En nuestra región la incidencia de esas enfermedades severas es muy baja. Como toda enfermedad infecciosa, esta se produce solo si son coincidentes 3 hechos: la propia infección, la agresividad del germen y la genética del huésped.

Una vez establecido el diagnóstico de infección por Hp y la enfermedad causal, debe programarse el tratamiento de erradicación (de la muerte o desaparición) del germen invasor.

La secuencia aceptada universalmente es diagnosticar la infección solo si se va a tratar y se va a comprobar luego el resultado, es decir la desaparición de la bacteria. El mejor método para control esto es todavía la Video Endoscopía con biopsias regladas según protocolo.

Loa tratamientos son varios y ninguno logra el 100% de éxito, esto debe ser tenido en cuenta a la hora de elegir el esquema.

El clásico tratamiento aceptado es la doble dosis de IBP (inhibidores de bomba de protones) que reducen el ácido gástrico al mínimo y así permiten actuar a los antibióticos (ATB). Los ATB que componen el esquema clásico son la claritromicina y la amoxicilina ambas cada 12hs, todo el esquema junto por 7 días. La resistencia a la claritromicina que en nuestro medio según estudios propios llega al 17% y otros factores, como la no adherencia al tratamiento o su intolerancia, hacen fracasar el resultado en más del 13% de los casos.

Por esta razón y por la necesidad del retratamiento, ante el fracaso, se incorporaron otros ATB nuevos coma la levofloxacina, la nitazoxamida, la amoxicilina clavulánico, otras hidroquinolonas y la azitromicina, y otros “viejos” casi en desuso o de utilidad en otros tratamientos, como la tetraciclina, la furazolidona, nitrofurantoína, el tinidazol y el metronidazol.

El uso de IBP a doble dosis siempre debe estar presente, y los días de duración del esquema van de 5 a 14 días según los casos. El uso del subsalicilato de bismuto y de variados probióticos colabora aumentando el número de éxito en el tratamiento.

Hay variantes como los tratamientos secuenciales, usando los antibióticos en forma sucesiva, y las cuádruples terapias con el uso de 3 antibióticos a la vez.

En la actualidad están en etapa de prueba, falta aún el aval de estudios científicos probados, tratamientos con probióticos, ayudados o no por ATB e IBP.

El último capítulo del tratamiento de la erradicación y curación de la infección por Hp aún no está escrito.

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