El analista de opinión, Jorge Giacobbe, confirma la hipótesis de poder adelantar las elecciones.
La pregunta es saber si la sociedad buscará un cambio o elegirá continuidad. El 66% de la población quiere que el Gobierno pierda las elecciones el próximo año.
Se prepara la campaña presidencial hacia las presidenciales del año que viene. Para el analista de opinión Jorge Giacobbe, habrá cambios. La mitad de la población cree que a partir de 2015 va a estar mejor. Asocia la mejoría al cambio.
El 66% de la población quiere que el Gobierno pierda las elecciones el próximo año. Este porcentaje es anterior al fallo del Juez Griesa por holdouts y antes del procesamiento del vicepresidente Amado Boudou.
En todos los fines de ciclo aparece fuerte el tema de la corrupción.
Esta es una sociedad que si bien se ha animado a cambiar y modificar sus actitudes brutalmente respecto de los motivos que originaron el gran fracaso; ya nadie es militarista, nadie acepta los golpes de estado, nadie quiere vivir con 300% de inflación, cosas frecuentes en otras épocas en Argentina, ya no son aceptadas por la población, sin embargo en el tema corrupción no hemos avanzado, los argentinos son cuanto menos, muy tolerantes con sus líderes corruptos.
Hay un sector al cual el tema le preocupa, y hace bandera de eso, pero el otro sector lo acepta como algo normal. Es una de las materias quizás más importantes que faltan para darle una vuelta de hoja a la corrupción en la Argentina.
¿Un default o alguna otra complicación económica harían adelantar las elecciones, más que nada de un Gobierno que se quiera ir más que la oposición que lo quiera tomar?
Esta etapa de la Argentina está caracterizada porque es muy poca la gente que se quiere hacer cargo de la Argentina.
Es decir, el riesgo de que la oposición empuje al oficialismo para hacerse cargo ellos, hay que descartarlo totalmente.
El gran riesgo en todo caso sería que la señora Presidente entienda que mañana no hay nada mejor que hoy, que en cada mañana de los que faltan no hay nada mejor que hoy y un día se canse y no le encuentre sentido a hablarle a nadie. Ese riesgo está.
Por supuesto que el fallo de Griesa complicó a la Argentina de una manera enorme, tanto que paguemos como que no paguemos, no hay buena salida.
Sin embargo este tema no ha encarnado en la sociedad argentina como un tema preocupante como si lo ha hecho el tema Boudou, que hasta se toma como broma, se ironiza, etc. Distinto del sector financiero, que realmente está con una preocupación enorme, y relativa preocupación en el sector político y ninguna en la opinión pública. No es tema de conversación en las familias, ni en los bares, ni en la calle, ni en los colectivos, ni en el club.
Como que la sociedad no entendiera o no hubiera podido percibir con claridad lo que puede significar un default para Argentina.
Todos los Gobiernos del mundo tienen dos herramientas, y este no es la excepción, que son “Gobernar y mentir”. Cuando gobiernan mucho mienten poco, y cuando gobiernan poco mienten mucho, tal vez una particularidad en Argentina.
La sensación es que están contando un relato de una negociación posible que, con la información que llega de afuera no es tan posible.
Aquí circula la información con cierto optimismo pero no imaginamos lo que puede pasar si entramos de nuevo en default en términos de ausencia de créditos por una década, complicación con exportaciones, e importaciones; sería muy duro para los argentinos caer en default nuevamente, no para la Presidente ni para Kicillof, sino para los 40 millones.
Es un relato semejante al que tuvimos con la guerra de Malvinas, donde el pueblo creía una cosa y de afuera llegaba noticia totalmente distinta.
Estamos en problemas y la gente tiene que tomar precauciones porque obviamente el sector económico se puede ver afectado seriamente.
Giacobbe presentó un trabajo al Papa Francisco sobre mediciones, en mayo, antes del fallo Griesa y el procesamiento a Boudou, y en este sentido Massa marcaba 22% nacionales, Macri 16% y Scioli 10%. Se empieza a percibir la dificultad que el Gobierno pueda poner un hombre de su sector en condición de disputar el poder.
Es muy probable que la presidencia se dispute entre NO peronistas, entendiendo que Massa nunca fue peronista a pesar de haber actuado dentro de ese partido.
En cualquier escenario de 2° vuelta, ni siquiera en provincia de Buenos Aires, Scioli se impone a Massa, o a Macri.
Ahora, es cierto que el fallo Griesa y sus consecuencias del fallo y en caso que Argentina entrara en default, podría ser pensar a algunos de los candidatos sobre la conveniencia de gobernar o no.
Hay como una sensación que esto se puede complicar tanto que a lo mejor aún para las personas que pudieran disputar ciertamente la presidencia, alguno de ellos podría retraerse.
Aquí empezaría a haber una modificación de otra índole, ya no es la opinión pública la que cambia, sino que puede ser la voluntad de alguno de los candidatos. Estamos en un escenario muy abierto lo cual hace muy difícil hacer pronósticos porque tanto la opinión pública esté cambiando como también la de algunos candidatos.