Los primeros lotes sembrados del este cordobés y centro sur de Santa Fe muestran muy buen estado augurando un buen inicio de la campaña fina. La humedad del grano de maíz no baja y la cosecha maicera sigue con dificultades. Los pronósticos de lluvias pueden comprometer más el avance de la recolección.
Mucha actividad de máquinas se vio en la última semana de junio como consecuencia de las mejores condiciones de piso en los lotes de la región. En el norte bonaerense muy gradualmente el agua va cediendo y las sembradoras a chorrillo prenden sus motores. De todas formas, el atraso en la siembra aún está lejos de poder revertirse y los productores y los mapas de reserva de humedad edáfica coinciden en que los excesos siguen vigentes. Todavía no se alcanzó a sembrar la mitad del área destinada a trigo, aún con el importante descenso en la intención de siembra. En muchas áreas siguen dominando las napas freáticas en niveles superficiales y los caminos siguen comprometidos. Otros paulatinamente se están reacondicionando.
En el sur de Santa Fe y este cordobés el progreso de siembra triguera comprende un 90% del total intencionado. Gran parte de los lotes están emergiendo y un 15% alcanzó la tercer hoja expandida. Con crecimiento parejo, buen número de plántulas obtenidas por metro lineal y sin problemas de insectos ni enfermedades, la lupa apunta a las temidas malezas. El empleo de variedades de ciclos intermedios-cortos posicionan la labor de siembra triguera en su recta final dentro de un inmejorable escenario de humedad edáfica.
Los bancos de niebla y la alta humedad relativa mantienen a los monitores de las cosechadoras que marchan sobre los maíces de diciembre marcando valores por encima del 18%. Hay que destacar que la humedad de recibo es de 14,5% y que muchos cuadros siguen sin piso y con problemas de acceso por el mal estado de los caminos. Estas razones siguen retrasando el progreso intersemanal de la cosecha maicera tardía que sólo avanzó en 5 puntos. La recolección del cereal comprende un 52% del área implantada y los rindes se estabilizan en torno a los 85 qq/ha. Si bien no se alcanzaron las expectativas previstas, en muchas zonas se destacan rindes por encima de los 100 quintales. Las enfermedades de espiga no afectaron la calidad del grano. A pesar de los problemas hídricos se considera que ha sido una buena campaña para los maices tardíos y de segunda y que han respondido a la productividad de cada zona. (GEA)