Grupo San Cristóbal presentó en su edificio de Italia y San Lorenzo su nuevo plan de transformación digital. La firma que el año que viene cumplirá ochenta años de trabajo expuso en una jornada exclusiva para prensa los detalles de un proyecto integral, el cual incluye la renovación de su core tecnológico, el lanzamiento de una nueva unidad de negocios, el reclutamiento de nuevos talentos poco usuales para el sector y un cambio de la cultura laboral. “Estamos siendo pioneros, haciendo un camino. El desafío más grande es cambiar una organización que ya estaba muy bien”, afirmó durante su exposición la gerente general del grupo, Vanesa Roca.
El cambio de la empresa busca garantizar su sustentabilidad en un contexto en el que los clientes cambian sus hábitos, virando cada vez más rápido hacia el consumo online. Por clientes, San Cristóbal siempre se refiere a sus productores de seguros, quienes demandan una alta velocidad de digitalización, agilidad en la gestión, herramientas más intuitivas y menores tiempos de espera.
Los dos frentes de esta transformación son las analíticas y la “digitalización de viajes”. El primero implica la recopilación de datos de los consumidores y su procesamiento para poder aprovechar la información, ya sea delineando estrategias de pricing o detectando casos de fraude. El segundo, implica el trabajo de diseñadores de experiencia de usuario para convertir las operaciones a transacciones digitales. En este sentido, se trazó un sistema que permite realizar ventas cruzadas de otros productos, agilizar los trámites de cobertura de siniestros y brindar soluciones en todo lo referente a la plataforma automotores.
En cuanto al cambio de la metodología de trabajo, se formó un grupo con nuevos perfiles, entre los que destacan científicos de datos, scrum masters, analistas de negocios, desarrolladores, product owners y diseñadores. Se inauguró un nuevo espacio de oficina con un diseño acorde, con mesas colectivas y un ambiente laboral más descontracturado, sin exigencias de vestuario y una división de tareas menos rígida. La propuesta es trabajar en sprints de quince días, cumplimentando objetivos a corto plazo que compongan el camino hacia las metas macro. Esto permite entregar valor a mayor velocidad, obteniendo feedbacks más rápidos por parte de los usuarios, obteniendo productos tan intuitivos que no requieran capacitación.