Los precios del maíz comenzaron la semana con valores mínimos de los últimos cuatro meses en el mercado de Chicago, aunque compras de oportunidad de los fondos especulativos y cierta ralentización de las ventas en Estados Unidos motorizaron un rebote en las ruedas finales de la semana. El mercado norteamericano continúa presionado por el avance de la cosecha en el hemisferio sur, en el marco de perspectivas productivas que siguen ajustándose hacia arriba.
El USDA publicó la semana pasada sus estimaciones de oferta y demanda de la presente campaña y las proyecciones para 2014/15, sin introducir modificaciones en la hoja de balance norteamericana. No obstante, el organismo expandió su previsión de stock final mundial a partir de mayores números de producción para Brasil –en línea con la CONAB- y Sudáfrica, sobre la base de las muy buenas condiciones que mantienen los cultivos tardíos de ambos países. En Argentina dicho organismo continúa estimando la producción 2013/14 en 24 millones de toneladas, aunque fuentes locales anticipan un volumen mayor. En el último reporte de GEA – Guía Estratégica para el Agro lanzado el martes, la cifra de producción del cereal se incrementó hasta 24,5 millones de toneladas, con rindes promedio que llegarían a 71,1 qq/ha.
Ante este escenario, los saldos exportables lucen holgados hasta la llegada de la nueva cosecha norteamericana, en el marco de perspectivas muy alentadoras. Lluvias oportunas a lo largo de las regiones productoras retrasaron levemente la siembra pero fortalecieron las reservas de humedad de los suelos, permitiendo que tres cuartas partes de los cultivos se mantengan en condiciones buenas o excelentes a nivel nacional. Los distritos con mejor potencial de rinde por el momento son Minnesota, Iowa y las Dakotas, que abarcan una superficie sembrada cercana a 13 millones de hectáreas. La única amenaza se presenta en las planicies del sur, donde las condiciones mayormente secas que castigaron al trigo durante el invierno ahora amenazan con limitar el potencial de rinde del cereal forrajero.
Por el lado de la demanda, la noticia de la semana fue el freno de las autoridades chinas a los permisos de importación de residuos secos de destilería (DDGs) procedentes de Estados Unidos, ante el temor por la aparición de partidas conteniendo eventos transgénicos todavía no admitidos por el país. A partir de esta medida, fuentes del mercado alertan que los traders deberán re-direccionar embarques por hasta 500.000 toneladas hacia otros mercados, seguramente con un importante castigo sobre el precio. La producción de etanol, que la semana pasada alcanzó un máximo de seis meses en 944.000 barriles, seguramente sentirá el impacto. Igualmente, la suba del precio del petróleo hasta su máximo de los últimos nueve meses sostiene firmes los márgenes de industrialización.
En tanto, los compromisos de exportación norteamericanos siguen su declive, afectados por la mayor competencia en el mercado FOB en un contexto de fortalecimiento del dólar frente al resto de las monedas. Las ventas externas netas de Estados Unidos no superaron las 600.000 toneladas en ninguna de las últimas seis semanas, mientras que dicha marca se había quebrado en 15 de las 16 semanas anteriores llegando hasta principios de año. Simultáneamente, los embarques desde puertos argentinos y brasileños se aceleraron en el último período, aunque con volúmenes bien distantes a los récords de la misma altura del año pasado, cuando el grueso de la oferta global procedía del hemisferio sur.
Al menos en nuestro país, parte de la menor actividad portuaria con el cereal obedece a las demoras en los trabajos de recolección. La trilla avanza hasta aproximadamente la mitad del área implantada, esperándose a que disminuya la humedad ambiental para levantar el maíz remanente e incorporarlo rápidamente al circuito de comercialización. Los exportadores han incrementado su carga programada y lograron originar mercadería durante las últimas semanas, aunque a un ritmo menor al esperado. Las compras acumuladas del sector superan las nueve millones de toneladas, dos tercios del saldo exportable proyectado.
Los valores de mercado se mantuvieron estables durante los últimos días en la plaza Rosario, dando la pauta de un relativo equilibrio entre la oferta y la demanda. Los premios por entrega cercana continúan vigentes en diversas terminales, aunque con diferenciales frente a las posiciones diferidas muy inferiores a los negociados en mayo. Sobre el cierre de la semana un exportador pagó hasta $ 1.300/ton con entrega durante la próxima semana, con otros participantes ofreciendo u$s 150/ton en el mes de julio y u$s 148/ton en agosto.
Los operadores locales miran con preocupación el frente externo, en el que tanto Estados Unidos como China se encaminan a lograr abultadas cosechas, acompañados por buenos desempeños de Ucrania, Rusia y la Unión Europea. La posibilidad de que una sobreoferta global deprima los precios llegando a los últimos meses del año instala nuevamente el debate respecto de la competitividad del cultivo en nuestro país, donde la producción soporta elevados impuestos y la deficiente infraestructura castiga a las zonas agrícolas más alejadas de los puertos.
Frente a este escenario, se vislumbra una caída del área sembrada en el ciclo 2014/15, que algunos analistas estiman cercana a 200.000 hectáreas. Los elevados requerimientos financieros son la principal limitante, a la que también se suma la incertidumbre comercial y el creciente diferencial de precios en favor de la soja. En tanto, la necesidad de rotar los suelos es un factor que podría contener ligeramente el retroceso de la implantación, que a priori seguiría volcada en gran parte a variedades tardías. No obstante, es muy pronto para hacer conclusiones certeras, ya que los resultados de la cosecha fina serán otro determinante importante del escenario en marcha para la gruesa del año que viene.
Autor: Guillermo Rossi
Fuente: BCR