En el marco del discurso ofrecido en Expoagro por las Cuatro Cadenas de Valor, el presidente de ASAGIR (Asociación Argentina de Girasol), Guillermo Pozzi Jáuregui, dedicó también unas palabras sobre el panorama del girasol a nivel nacional. “En Argentina llegaron a sembrarse 2,6 millones de hectáreas de girasol hace diez años. Luego caímos a 1,2 M de has por efecto de las Retenciones y ahora tuvimos una intención de siembra de 1,8 M de has. O sea que recuperamos el 43% de las hectáreas perdidas”, afirmó.
En el caso de Chaco y Santa Fe, el área entre 2015 y 2017 se duplicó, llegando a 640.000 hectáreas, con una mejora de 320.000 que representa el 58% de la mejora nacional. “Hoy los productores están conformes con sus precios que, considerando la bonificación por contenido de aceite, llega a los U$S/tn 340”, reveló el dirigente.
“Tenemos que seguir trabajando para recuperar el área perdida. De mantenerse el consumo mundial de aceite de girasol, con un crecimiento interanual del 4,4% (en la última década), todos los años hará falta adicionar a nivel internacional alrededor de 600.000 hectáreas de girasol. El gran candidato es La Argentina porque, como se sabe, el gran exportador Ucrania (55% del mercado) ya no puede expandir de manera sustantiva ni su área, ni sus rendimientos. Por ello, nosotros podemos trazarnos un plan para quedarnos con la mitad de ese incremental que, de alguna manera, tiene una demanda asegurada”, agregó Jáuregui.
“ASAGIR ha estado trabajando para erradicar el concepto de la falta de transparencia en la formación del precio en La Argentina. Hemos acordado con el Ministerio de Agroindustria una metodología de cálculo para el precio FOB del grano así como para la capacidad teórica de pago de la industria aceitera de exportación, que está localizada básicamente en las provincias de Buenos Aires y La Pampa”, detalló.
“Pese a las críticas que se le hacen al Siograno, el productor argentino hoy tiene información provista bajo declaración jurada por el Ministerio de Agroindustria, sobre todos los contratos registrados en todo el país. Ahí obtiene distintas modalidades de fijación de precios y formas contractuales diversas, que le permiten ver que no hay un solo precio para el girasol. Quiere decir que, con la información mejorada del Ministerio de Agroindustria y los valores cámara de las diversas Cámaras arbitrales, tiene información abundante sobre los precios y las modalidades contractuales vigentes”, explicó.
“Todos los días la Bolsa de Cereales publica el precio de Rotterdam, valores de contado y futuro. Nosotros no entramos en Rotterdam, por eso esa información nos sirve para ver la tendencia futura del precio del aceite (no olvidar que el precio del girasol es 85% el precio de su aceite). Una forma de aproximar el valor internacional del aceite con el cual compite nuestra industria exportadora, es calcular el 92% del precio en Rotterdam, ya que está demostrado que en el Mar Negro se paga un 8% menos FOB. A ese valor resultante hay que deducirle aproximadamente U$S/tn 20 por diferencial de fletes, con lo cual tenemos un valor aproximado del FOB futuro en puertos argentinos, al cual hay que deducirle todos los costos de industrialización y los impuestos y logística más los impuestos y las regulaciones tales como sellados”, añadió.
El presidente de ASAGIR demostró que gracias a todos estos avances en la oferta de información, en la actualidad “se puede ver frecuentemente el valor en dólares de la capacidad de pago que publica el Ministerio de Agroindustria, que se diferencia en aproximadamente 20 dólares menos del valor FOB del grano, lo cual refleja el costo del fobbing (en girasol es más alto)”.
“O sea que hemos llegado a expresiones de máxima transparencia y abundante información, que forman parte de lo requerido para una óptima decisión del productor, reconociendo como siempre, que nosotros no tenemos al mercado de Chicago como forma de arbitraje para la formación de precios”, confirmó. La ventaja de Rotterdam es que son contratos de impo-expo en firme, que no contienen especulación de participantes extra-sector.
Con respecto al poder de colusión de la industria, Jáuregui sentenció que “está claro que no existe”. En primer lugar, la capacidad de molienda ronda los 5,5 millones de toneladas. Es decir que la industria tiene materia prima para 216 días por año de molienda. En segundo lugar, la industria del Norte y Centro del país trabaja para el mercado interno y países de América Latina, su modelo es multiproducto y, por lo general, tiene que hacerse de la materia prima antes del 15 de marzo, ya que después enfrenta el aluvión de la soja. Sus productos son diferenciados y el aceite que venden es refinado y, por lo general, fraccionado.
Por último, dictaminó que difícilmente se consiga la colusión cuando un mercado de compra de girasol opera en distintos momentos de tiempo, con diferente producto final y distinto valor agregado y enfrentando competencias diferentes, por el lado de la demanda. “Por eso se puede concluir que no hay un precio único del girasol, que la formación del mismo es transparente y diversa y responde a distintos tipos de compradores y que, a esta altura del partido, se ha hecho todo lo posible por lograr transparentar el mercado y hacer que rija una competencia que proteja los valores del productor”, finalizó