El acelerado avance de la siembra en Estados Unidos y la pronunciada caída de los precios del trigo impactaron en el mercado de maíz durante esta semana, debilitando los futuros de Chicago. Al llegar el viernes la posición con entrega en julio alcanzó el valor más bajo del último mes y medio, perdiendo 5% a lo largo de la semana. La acción vendedora de los fondos especulativos reafirmó las caídas. De este modo, el cereal tuvo su peor desempeño semanal de los últimos diez meses.
Gran parte de los temores a un techo en el potencial de rinde en Estados Unidos se disiparon el lunes, cuando el USDA confirmó que durante la semana pasada los productores sembraron más de 11 millones de hectáreas. Sin embargo, pese a que el avance nacional llegó al 59% del área proyectada y convergió con el promedio de los últimos cinco años, en los estados del norte persistía un importante retraso causado por condiciones climáticas desfavorables. En el norte de Iowa y la zona central de Minnesota, por ejemplo, se acumularon más de 200mm de lluvias en el último mes, complicando las labores a campo pero recargando las reservas hídricas de los suelos de cara al ciclo del cultivo. Aun así, frente al reporte de seguimiento del próximo lunes se avizora un guarismo de entre 73 y 77% a nivel país, frente a un 76% promedio histórico para mediados de mayo.
Encaminada la siembra, la atención de los operadores se orienta hacia tres puntos salientes. En primer lugar, la concentración del período crítico de los cultivos en muy pocos días durante la segunda quincena de julio, dado que una enorme superficie del cereal emergerá en los próximos días. Por otro lado, la posibilidad de que el consumo forrajero termine siendo mayor al proyectado actualmente por el USDA, lo que significaría una reducción del stock final de esta campaña. Finalmente, también se presta atención a la posibilidad de que parte del área de intención no se termine sembrando. En este sentido, la firma de consultoría Informa Economics actualizó ayer su estimación de superficie a 37,1 millones de hectáreas, en baja desde su anterior previsión de 37,6 millones. El dato se encontró en línea con la proyección del USDA en su reporte de finales de marzo, por lo que causó poco impacto en el mercado.
La demanda ha perdido dinamismo pero todavía muestra señales de cierta fortaleza. El USDA confirmó nuevos compromisos de exportación con México por 104.000 toneladas en la mañana del jueves, mientras que en su reporte semanal anunció ventas netas por 343.002 toneladas, en línea con lo esperado. A poco de finalizar el segundo tercio del ciclo comercial ya se embarcaron 30,3 millones de toneladas desde puertos norteamericanos, quedando un remanente ya vendido y por embarcar de 14,2 millones de toneladas. Dado que el USDA proyecta que las ventas externas de esta campaña llegarán a 48,3 millones de toneladas, el flujo de negocios de exportación que pueda surgir desde ahora hasta el cierre del año comercial está en buena parte descontado, ya que las previsiones oficiales son holgadas.
Sin embargo, algunos operadores desconfían de que Estados Unidos pueda exportar semejante volumen de maíz desde ahora hasta septiembre, teniendo en cuenta que el mercado está más disputado con la presencia de Sudamérica. Los valores FOB en puertos de Brasil y Argentina están ganando atractivo frente a los del golfo de México y en ambos países se mantienen las buenas perspectivas de cosecha para lotes tardíos, que ingresarán al circuito comercial desde junio hasta agosto. Los compradores asiáticos que hicieron pie en estos mercados el año pasado con la sequía norteamericana aprovechan la coyuntura para abaratar sus costos de aprovisionamiento.
En nuestro país la trilla hasta el momento se acerca a un tercio de la superficie cubierta, mostrando poco avance durante los últimos días. Las considerables lluvias del fin de semana pasado sobre las regiones productoras y la humedad de los días posteriores limitaron la posibilidad de continuar con las labores a campo, al margen de que los productores privilegian la colecta de soja y postergan la del cereal. No existe antecedente en Argentina de tanta superficie de maíz permaneciendo sin cosechar para mediados de mayo.
Esta situación queda evidenciada en el magro arribo de camiones con maíz a las playas de las terminales portuarias de la región durante los últimos días. Según datos del entregador Williams S.A., en lo que va del mes de mayo ningún registro diario hasta las 7 de la mañana supera las 1.000 unidades, mientras que el ingreso acumulado en lo que va de 2014 frente al flujo de camiones durante el mismo período del año pasado es aproximadamente la mitad. En línea con esto, los exportadores declaran compras por casi 8 millones de toneladas, mientras que a la misma altura de 2013 el volumen adquirido superaba las 15 millones de toneladas.
La llegada demorada obliga a los compradores a mejorar fuertemente los precios ofrecidos a aquellos vendedores que puedan asegurar la entrega a corto plazo. La carga programada para el próximo mes en esta región asciende a casi 750.000 toneladas y compromete el stock de algunos exportadores. En este contexto, en operaciones de cobertura se pagaron hasta $ 1.500/ton sobre los puertos de la zona norte de Rosario durante los primeros días de la semana, cayendo hasta $ 1.450/ton el día viernes.
En cambio, en las posiciones con entrega diferida los valores mantienen una escalera bajista, que cae desde u$s 165 en junio hasta u$s 155 por tonelada en el mes de agosto. En algunos casos los exportadores continúan demandando maíz grado 2 según la norma de comercialización, modalidad que no bonifica al productor la entrega de calidad superior al estándar. En general, la menor disposición a pagar para entrega diferida obedece tanto a la perspectiva de un mercado internacional más ofertado durante los próximos meses como a la previsión de llegada de mucho volumen a los puertos en cumplimiento de los negocios forward ya concertados.
Autor: Guillermo Rossi – Fuente: BCR