Los años Niña a nivel climático como el actual producen una sensación de que nada ocurre respecto a enfermedades en soja. Esto se debe a que la falta de humedad relativa ambiente y lo dispar de las precipitaciones genera una idea de falta de condiciones predisponentes para su proliferación.
Sin embargo, si se toman los datos de monitoreo de la zona productiva central se puede observar que enfermedades como la Mancha Marrón están presentes con diferentes grados de severidad. Para evitar que las plantas pierdan área foliar activa y que esto perjudique el cuajado de flores y llenado de granos es recomendable realizar aplicaciones preventivas con fungicidas.
Algo parecido ocurre con las chinches. En los datos de monitoreo aparece una baja presión de estos hemípteros, sin embargo su presencia es continua en los lotes. A partir de la generación de vainas puede comenzar un daño permanente de baja intensidad, pero que termina siendo perjudicial en cuanto a los rindes, al igual que cuando la presión es alta en un momento determinado del cultivo.
Ambas problemáticas no sólo afectan al rendimiento sino también a la calidad comercial de la soja, sobre todo en lotes de producción de semilla, donde esta variable se torna aún más importante.