Correcto y mesurado parece ser un análisis de los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA) sobre las perspectivas del negocio de la carne vacuna en el nuevo año. El trabajo prevé exportaciones que seguirán creciendo en torno al 16% y se ubicarían en torno a 350 mil toneladas peso carcasa. Lejos todavía de algunas estimaciones exageradas que ya decían que la Argentina podía llegar a las 400.000 toneladas exportadas a lo largo de 2018. Respecto de la oferta total de carne, habla de una caída leve de 2%. Y aunque se espera una mejora de los precios de la hacienda, sería más acelerada la suba de los costos, determinando una rentabilidad a la baja.
En materia de exportaciones, estos son los fundamentos:
Espera estabilidad en la economía mundial, con China continuando el crecimiento pero a tasas decrecientes, la Unión Europea recuperándose de la crisis y los países petroleros (demandantes de carne) con perspectivas de recuperación del precio del petróleo.
El comercio internacional de carne es de 9 millones de toneladas y se espera que crezca un 3% en 2018. El 65% de las exportaciones mundiales de carne se divide entre 4 países (India, Brasil, EEUU y Australia).
La demanda de carne mundial está más atomizada y es explicada por nueve países que concentran más del 70% de las importaciones (EE.UU, China, Japón, Rusia, Corea del Sur, Unión Europea, Hong Kong, Egipto, Chile).
La Argentina tiene cerrado el acceso a tres de ellos, EE.UU, Corea del Sur y Japón, que son mercados de alto valor.La apertura de estos mercados comprende inicialmente el visto bueno sanitario, y luego reducir los aranceles que alcanzan valores del 40% y 39% para Japón y Corea del Sur, respectivamente.
China es el gran traccionador del mercado internacional de carne. Hoy Argentina le vende carne congelada y de bajo valor (4200 USD/t). En este sentido, se está trabajando en los protocolos para poder exportar carne enfriada sin hueso y quedan pendientes negociar reducciones de aranceles (en la actualidad de 12,5%).
En este contexto, AACREA espera que en el 2018 Argentina pueda colocar 30 mil toneladas más de carne vacuna en el mercado chino, que hoy absorbe casi 50% de total. La Unión Europea, en tanto, tiene potencial de crecer en 5 mil toneladas respecto al 2017, al igual que Chile, con 4 mil toneladas. Como se ve, esta análisis descree de una demorada rehabilitación del mercado estadounidense. Ni menciona el tema. “En total se espera que las exportaciones nacionales crezcan un 16% respecto al 2017, llegando a las 350 mil toneladas equivalentes carcasa”, dice el pronóstico. Es coincidente con uno del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) conocido meses atrás, aunque en ese caso se hablaba de un salto del 25% respecto de los volúmenes embarcados en 2016.
Ahora, entrando en el análisis del negocio ganadero, los temas advertidos deasde AACREA son estos:
Las perspectivas del negocio agrícola han caído frente a la última campaña. El precio esperado del maíz para la próxima campaña tiene una tendencia decreciente debido a stocks altos en los principales países exportadores (EE.UU, Brasil, Argentina) y perspectivas de una buena cosecha en Sudamérica.
Para 2018 se prevé un precio sostenido de los animales a faena, con posibilidades de suba del 1 al 4% en términos reales. El fundamento de esta proyección es la alta correlación existente entre precio y total faenado para los últimos 14 años.
Con relación al mercado interno, la entidad que ha aportado decenas de técnicos y directivos al gabinete nacional “espera para el 2018 fortalecer el consumo y la demanda de carne vacuna”. La producción de carne vacuna proyectada para este año es de 2,80 millones de toneladas equivalente carcasa, una cifra 2% inferior a la registrada en 2017.
¿Por qué se achicaría la producción de carne? Según el trabajo hay tres cuestiones que sustentan esta estimación.
La primera se relaciona a que durante los dos últimos años se faenaron el 100% y el 106% del stock de novillos y novillitos existente al inicio de cada año. Esto sucede porque la duración de las invernadas se ha cortado al punto de que se faenaron machos a una tasa mayor o igual de la que se produjeron los terneros.
La segunda cuestión es una reducción del stock de machos con respecto a 2017 de entre 300.000 y 400.000 cabezas.
En tercer lugar, se espera que la faena de hembras aumente por una moderación de la retención. La tasa de extracción de hembras proyectada para 2018 es de 18%; inclusive se podría llegar hasta el 19% sin comprometer al stock bovino actual. En el 2017 la tasa de extracción de hembras fue de 16,8%.
¿Y por qué aumentarían los precios pagados a los ganaderos? Según AACREA, la historia muestra que desde el 2010 el precio del novillo ajusta de a “saltos”, pasando por picos y valles. Esto en el marco de un mercado interno firme en demanda y una oferta ajustada. La muy alta tasa de extracción de machos puede favorecer que el 2018 sea un año de salto de precio; sin embargo, este efecto puede ser aplacado por el aumento de la oferta de hembras en la faena.
En referencia a la invernada, es importante destacar que en general el precio del ternero tiene una débil asociación con la cantidad de terneros que se destetan por año. Sin embargo, el precio a la zafra está fuertemente correlacionado con el precio del ternero de noviembre del año anterior. A partir de esta relación, es esperable un incremento de 4% en el precio del ternero respecto al año pasado.
La mala noticia para el final:
“Los asesores de las diferentes regiones CREA, ante estas proyecciones, están esperando un incremento de los costos superior al del precio de la hacienda, lo que resulta en márgenes más ajustados. Las oportunidades las perciben en las relaciones de precios en general aún positivas para la ganadería y en una buena relación carne-maíz aunque hay que estar muy atentos a trabajar en las eficiencias internas. Asimismo, la mayoría de las regiones advierte como una fuerte amenaza lo que pueda suceder con el clima, potencial generador de un aún mayor incremento de los costos”.