Ante los anuncios realizados por la Señora Presidente ante el inminente inicio de la campaña triguera, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa manifiesta su profundo pesar por haberse perdido una nueva oportunidad para corregir la desastrosa política desarrollada para el trigo al no cambiarse una metodología cuyo fracaso está a la vista.
Sin dejar de remarcar la pretenciosa intención de engañar a la población con mentiras de patas tan cortas, expresar que la intervención del gobierno en los mercados ha sido una política positiva para la Argentina y el sector productivo, es seguir subestimando a todos los argentinos, y en particular a los productores, cuando está claro que la producción de trigo comenzó a caer hasta llegar el año pasado a tener la siembra más pobre de los últimos 110 años y el pan en la mesa de los argentinos ha aumentado casi un 800 %.
Nuestro país descendió del quinto puesto en el ranking de países exportadores de trigo en 2000, al décimo puesto en la actualidad, superado por EE.UU., Unión Europea, Canadá, Australia, Rusia, Ucrania, Kazajistan, India y Turquía.
Los dos últimos ciclos productivos fueron los peores de los últimos 100 años: en 2013/14 se sembraron 3,6 millones de hectáreas y se cosecharon 9,2 millones de toneladas según el Minagri. Casi lo mismo que cuando se sembraba con arado de mancera.
Las intervenciones en el mercado de exportación, a través de los ROES, que se profundizaron durante esta gestión, provocaron que el productor mal venda el cereal y sumadas al elevado nivel de retenciones que provoco una caída en la rentabilidad, se redujera el área de siembra del cereal.
En el reciente Consejo Federal Agropecuario quedaron plasmados los requerimientos para poder empezar a incrementar la siembra de este cultivo de invierno y la presidente y sus asesores han hecho oídos sordos a los reclamos de los ministros del área de las provincias productoras de trigo.
Hoy nuestro país podría estar produciendo, tranquilamente, entre 15 y 20 millones de toneladas de trigo, de haber existido políticas coherentes y consensuadas con los principales protagonistas que son los productores, y hasta podríamos haber empezado a trabajar en un tema central para la cadena de valor que es la diferenciación de trigos para producir diversas harinas, para lo cual esta Confederación firmo hace cuatro años un convenio con Abitrigo de Brasil para poder empezar a trabajar en ello, y que la escasa oferta exportable y el permanente desincentivo desde el Estado Nacional impidió realizar.
Pero para que ello sea posible es necesario establecer reglas previsibles y no falsos anuncios con tinte electoralista de nula concreción, ya que la decisión de afrontar la campaña triguera se lleva adelante en los próximos días y frente a estos anuncios probablemente el área sembrada del cereal siga cayendo debido a la falta de previsibilidad en la venta del cereal.
El trigo para el ciclo 2014/2015 está en tiempo de descuento y no queda margen para planes o programas mágicos, y menos aún para anuncios lejanos a la realidad que atraviesa este importante cultivo en nuestro país. (Carbap)