El especialista en fruticultura, Javier Lojo, advirtió que la Argentina exporta el mismo volumen de manzanas que hace 25 años atrás, mientras que Chile pasó de 100.000 a 800.000 toneladas en ese mismo lapso. Esto quiere decir que hay mercado, “sin embargo nosotros decrecimos por todos los problemas estructurales que arrastra el Valle desde hace varios años y que siguen sin resolverse”, dijo el experto.
“La devaluación sirvió para recomponer la coyuntura, pero el problema real de la fruticultura es estructural; tenemos un problema de productividad muy grave, hoy el Valle está produciendo 30 toneladas de peras/manzanas por hectárea, cuando países competidores como Chile, Nueva Zelanda o Australia están arriba de las 60/70 toneladas por hectárea”, explicó para Radio Colonia. Además, apunto en dialogo con el programa “Siempre que llovió, paro”, que “las variedades siguen sin ser las que quiere el mercado, y eso se debe a que no hay fondos que permitan hacer las inversiones para lograr la reconversión”. Para tener una idea, lo que se necesita está entre US$ 25.000 y US$ 30.000 por hectárea, o sea, para una pequeña chacra de 10 hectáreas se requieren US$ 300.000, “pero no hay ni líneas de crédito ni disponibilidades de billetes para eso”. Así, los problemas estructurales siguen, y con una inflación del 4% mensual el panorama es complejo.
Consultado sobre la cosecha que se e está llevando a cabo en este momento, Lojo señaló que “es algo menor a la de la temporada pasada. La pera ya se terminó de cosechar y la manzana está en un 40% de ejecución. En ambos casos, se observa una merma entre el 10% y el 20%, aunque todavía no está totalmente definida. Además, va a haber algunos problemas en el tema calidad, porque la primavera y el verano fueron muy fuertes con los golpes de sol sobre la fruta, y fundamentalmente por los vientos. Así que ahí hay un doble problema: de volumen y algo menos de calidad”, dijo.
Respecto al panorama internacional, destacó que “Los mercados siguen muy firmes en el exterior. Si bien los stocks de pera están un poco más altos en Europa, la demanda se mantiene firme con precios históricamente altos. Esto ayuda a cualquier país normal que quiera exportar su producción hacia allí, pero de Argentina entra cada vez menos manzana a Europa y más a países marginales como el norte de África (Libia, Egipto), donde los riesgos de cobro son altísimos y otro montón de situaciones anexas que son complicadas. Ahora Europa se está abasteciendo fundamentalmente de la manzana de Chile, Nueva Zelanda y Australia”.