No parece que la declaración de independencia unilateral que ha llevado a cabo el gobierno catalán ni, en general, todo el “procés” que ha culminado en dicha declaración, haya sentado nada bien a una de las grandes estrellas del FC Barcelona, su buque insignia Leo Messi.
Partidario de no mezclar política con deporte (el argentino fue uno de los que se negó a suspender el partido que finalmente se disputó a puerta cerrada en el Camp Nou entre el FC Barcelona y la UD Las Palmas el domingo del referendum catalán), Messi siempre ha tenido muy claro las consecuencias, negativas, de una posible declaración de independencia de Cataluña.
El hecho de que con la misma el FC Barcelona pudiera ser expulsado de las principales competiciones en las que participa (LaLiga y la Champions League) ha motivado que el argentino, al igual que otras grandes estrellas azulgranas, hayan mirado siempre con recelo la situación política catalana. Pero, en el caso de Messi, las consecuencias del “procés” han ido un poco más allá.
Así, y según han informado a Marketing Deportivo MD fuentes cercanas a la estrella azulgrana, el internacional del FC Barcelona ha dado órdenes expresas de cancelar la apertura de un beach club de lujo en pleno Sitges, una de las zonas de ocio más exclusivas de Barcelona, por la tensión política que desde hace meses se vive en Cataluña.
Ese chiringuito de lujo iba a convertirse en la última gran aventura empresarial de Leo Messi fuera de los terrenos de juego. Perteneciente al grupo Playa Padre, el de Sitges iba a ser el segundo que la franquicia abriera en España después de que hace tan solo unos meses, el pasado mayo, se inaugurara en Marbella el primero y donde gran parte del capital lo aportó la actriz norteamericana Eva Longoria.
La inversión para abrir una instalación de esta categoría hubiera supuesto un desembolso mínimo que rondaría el medio millón de euros, una cifra lo suficientemente importante como para que el argentino, vista la situación política de Cataluña, haya decidido, al menos de momento, suspender un negocio que el “procés”, finalmente, se ha llevado por delante.