Desarrollaron un silo para la leche. Prolonga la vida de la materia prima.
A raíz del problema causado por las inundaciones que sufre la región, muchos establecimientos tamberos tuvieron que permanecer aislados por largos períodos, lo que implicó la pérdida de grandes cantidades de leche al quedar sin el servicio de recolección diario.
Si bien no hay cifras oficiales, se estima que sólo en 2016 se tiraron alrededor de 14 millones de litros de leche cruda por día debido a las inundaciones sufridas en la región, las que afectaron a 100.000 puestos de trabajo que participan a lo largo de la cadena de valor y 3.600 establecimientos lácteos, aproximadamente.
Con la vista puesta en resolver este dilema, un grupo de estudiantes avanzados de diseño industrial de la UNL decidieron hacer algo, y desarrollaron una iniciativa sorprendente, que incluso fue aceptada en la prestigiosa plataforma INNOVAR. El desarrollo parte de una mirada distinta, motivado en la necesidad de romper los paradigmas lineales de hoy en día.
“El concepto de fondo es el de generar un puente, en tanto representación que permita generar respuestas en relación a la plataforma de la innovación. El concepto de puente consolida la idea de unir dos puntos para que un obstáculo deje de serlo”, le dice Valentín Ingignoli a Campolitoral.
El equipo está integrado por Marcos Argüello, Santiago Caloia, Felipe Porto y Valeria Arroyo, todos estudiantes de cuarto año de Diseño Industrial (FADU- UNL), que -motivados por los diseñadores industriales Manuel Bazán y Diego Tosello (titular y adjunto de la Cátedra de Taller de Diseño Industrial 4)- idearon un innovador sistema de producción y almacenaje. La idea con la que partieron es generar las plataformas para la innovación.
El desarrollo incluye dos dispositivos físicos y uno virtual: la evaporadora, la lacteobolsa y una plataforma on line llamada CONECTAMBO. La primera, que concentra la información del producto final, permite la posibilidad de generar la leche evaporada que uno desea, de acuerdo a la calidad y la humedad, con las características deseadas, teniendo la posibilidad de producir leches regionales con una especificidad determinada. El equipo reduce hasta el 60 % del agua, facilitando el almacenamiento.
Luego, se deposita en la lacteobolsa, que almacena el producto. “Es transportable, lavable, almacenable, permite transportar hasta 4 plegadas en la caja de una camioneta”, sostienen los diseñadores.
Según expresaron, una lacteobolsa guarda la producción de hasta un ordeñe, y 4 la de todo un mes, en un tambo chico, “que son los que primero desaparecen”. Con esto le estamos dando tiempo al tambero y a la leche. De las 48 horas prolongamos la vida útil de la materia prima hasta 6 días en el tambo”.
Fuente: El Litoral