El mundo del rugby se convirtió en una gran inspiración para los equipos de trabajo de las compañías. Con la idea de trasladar ese espíritu del deporte a la oficina, nació una metodología llamada scrum, que hoy utilizan grandes tecnológicas globales Amazon, Spotify, Ericsson y Adobe, entre otras y que se aplica cada vez más en empresas locales. Se trata de un conjunto de prácticas de trabajo en grupo que primero se expandió entre las desarrolladoras de software pero que luego se comenzó a imitar en firmas de productos y servicios de rubros variados.
En la Argentina, empresas como Globant, GlobalLogic, Mercado Libre, Despegar y Osde ya aplican esta forma de trabajo. Lo que se plantea es que un contexto de alta complejidad, como innovación, creación de software y de productos de creatividad y tecnología es demasiado complejo predecir los resultados con exactitud y los planes a largo plazo terminan fracasando explicó Martín Alaimo, coach organizacional y socio de la empresa Kleer que implementa estas prácticas en Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia y Perú.
Esta metodología hace que, en vez de buscar el objetivo completo al final, vas creando y entregando el producto o servicio en pequeños pasos. Cada dos semanas, se realiza una entrega de una parte del producto. En ciclos cortos lográs más eficiencia y se incorpora al cliente en el proceso, agregó.
La capacitación para los equipos dura entre dos y cinco días completos y puede estar orientada a altos ejecutivos, mandos medios o perfiles de desarrollo. La analogía con el rugby es que se trata de todo un equipo empujando junto para el mismo lado. Lo que tradicionalmente tenés en las empresas son diferentes equipos que se encargan de distintas áreas del proyecto. Esta forma de trabajo busca que no existan estos conceptos de silos, advirtió Alaimo.
La metodología Scrum, por ejemplo, incluye entregas parciales de trabajo cada dos semanas, donde todo el equipo se reúne para discutir sus fortalezas y debilidades. Hoy, pocas veces en las empresas se realizan reuniones periódicamente y eso se da sólo cuando algo no está funcionando, subrayó el coach. También se recomiendan minireuniones de 15 minutos todos los días por la mañana, antes de comenzar el trabajo, para sincronizarse como equipo. Allí, los miembros del grupo hablan sobre el trabajo de la jornada anterior y lo que van a hacer en ese mismo día. Son reuniones breves, muy enfocadas. A veces, un empleado no sabe en qué está trabajando la persona que tiene sentada a su lado y se desperdicia la posibilidad de ayudar, agregó Alaimo, que fundó Kleer junto a cinco socios argentinos.
La metodología scrum también busca una recuperación de lo análogo frente a las herramientas digitales. “Buscamos volver a lo tocable, por eso trabajamos con post-it y láminas para la generación de planificaciones visuales que involucren a todo el equipo alrededor de una mesa. Es importante alejarse un poco de las herramientas digitales”, detalló.
Aunque surgió en compañías de software, ahora las empresas que buscan mejorar su trabajo a través de scrum son de rubros variados. ”Hay empresas que buscan agilizarse porque vienen de un contexto de mucha burocracia, como el rubro del software; otras de publicidad o diseño que vienen de un contexto sin ninguna metodología y que scrum los ayuda a mejorar en su trabajo sin tener que documentar todos los movimiento que hacen”, destacó Alaimo.
Fuente: Cronista