¿Te gustaría ponerle nombre a un robot? Si es tu caso, esto puede interesarte. El INTA creó un robot con inteligencia artificial para invernáculos, que permitirá mejorar la producción de cultivos intensivos como hortalizas, aromáticas y flores. Va a presentarse en INTA Expone Patagonia –la megamuestra que el instituto realizará del 4 al 6 de octubre en la ciudad de Trelew (Chubut)– y los visitantes podrán elegir por votación cómo se llamará este invento argentino.
El padre de la criatura es Ricardo Garro, especialista en robótica del INTA Anguil, quien desarrolló esta pieza nacional de inteligencia artificial para asegurar la gestión eficiente de recursos y su planificación. Es totalmente autónomo y de gran adaptabilidad a diseños de invernáculos para trabajar a escala de plantas.
Durante la megamuestra, de entrada libre y gratuita, el robot estará ubicado en el Salón de la Innovación, dentro de un espacio delimitado con una serie de plantas que servirán como demostración para la aplicación remota de fertilizantes. Para Garro, “lo más divertido será ver, a través de un LCD, todo lo que el robot percibe en el ambiente en el que se mueve, tal como si estuvieras dentro de su cabeza”.
¿En qué consiste este desarrollo? “Se trata de una plataforma multipropósito cuyas acciones dependerán de las funciones que uno le asigne. Se puede adaptar a las necesidades y demandas de los territorios donde se la utilice”, explicó, Garro, quien aseguró que hoy tiene la capacidad de “hacer mapas 3D, desplazarse, planear sus actividades y fertilizar, pero mañana podrá cortar, podar, etc.”. Su autonomía le permite, además, eludir obstáculos, transportar insumos, medir humedad, temperatura y radiación, entre otras funciones.
Garro trabajó en el autómata gracias a una estadía de perfeccionamiento que realizó junto con el grupo de inteligencia artificial de la universidad alemana de Bremen, un centro de investigación en robótica reconocido a escala mundial. De acuerdo con el especialista, el logro demuestra que “el organismo puede trabajar en robótica aplicada al sector agroindustrial”.
Con esta creación, el productor se vería beneficiado económica y productivamente: “La idea es identificar las plantas y determinar con qué tipo de cultivo se trabaja para tomar mejores decisiones a futuro”, indicó Garro. Así, se trabajaría con mayor precisión mediante la aplicación de las dosis justas de agua y fertilizantes de acuerdo a la necesidad de cada planta. El robot puede ir una y otra vez al lugar asignado a realizar distintas funciones y recordar lo que hizo.
La idea estuvo centrada en el desarrollo de inteligencia artificial que le permite al robot realizar acciones de acuerdo al panorama que se le presente. “Pero lo destacable es que todas las tecnologías que usamos son software libre, o sea, que ese conocimiento se comparte de forma gratuita y se adapta a la realidad de cada desarrollo”, explicó Garro.
A su vez, el robot también cuenta con piezas de hardware libre que están totalmente disponibles para ser utilizadas e implementadas sin pagar ningún costo adicional. Esto permite que la fabricación de los autómatas sea notoriamente menor a los creados en otros países, pero que cumplen las mismas funciones. Según destacó, “un robot como el que hicimos acá, en Alemania vale unos 250 mil dólares, mientras que éste puede desarrollarse con un costo muchas veces inferior”.
La plataforma tiene cuatro meses y el organismo está en busca de socios estratégicos para mejorar aún más sus funciones.