La directiva del Barcelona descartó construir un nuevo estadio y propondrá a sus socios la remodelación del tradicional Camp Nou, escenario de grandes alegrías. El referéndum se dará entre el 5 ó 6 de abril, coincidiendo con un partido ante Betis por la Liga de España. El presidente Sandro Rosell señaló que la opción de construir un estadio en una ubicación diferente “podría hipotecar al club, a sus socios y maniatar a futuras juntas directivas”, sin embargo, aclaró que es “imprescindible” la reforma.
Jordi Moix, responsable del Área de Patrimonio, y Javier Faus, vicepresidente del Área Económica, anticiparon que la capacidad del Camp Nou se ampliará a 105.000 espectadores (tenía alrededor de 99.000) y que las gradas en su totalidad quedarán techadas. Además, revelaron que la obra comenzaría en mayo de 2017 y llegaría a su fin en febrero de 2021, no alterando la disputa de partidos del primer equipo en el mismo escenario.
Por su parte, Faus se refirió a la amortización de los 600 millones de euros presupuestados (sólo la cancha costaría 420 millones): “No hipotecaremos una generación entera de barcelonistas para pagar estas obras. Esperamos pagarlas en ocho ó diez años con los propios recursos que genera el club. Esto requiere seguir gestionando el club de manera sostenible y mantener la excelencia deportiva”.
En el mismo proyecto aparece la construcción de otros dos microestadios, uno con capacidad para 10.000 espectadores, y la mejoría en estacionamientos y accesos urbanos. Aunque no anunciaron negociaciones con ninguna marca, el nuevo estadio podría tener un nombre diferente, con el de la compañía que invertiría dinero en su construcción, acompañando al de “Camp Nou”.
Fuente: Infobae