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Alimentos light, ¿salud o enfermedad?

Por Alejandra Ramos

Licenciada en Nutrición

¿Qué es un alimento light? ¿Qué es un alimento diet? Esta tendencia parece no tener final, pero ¿qué tan buena es? ¿Es realmente una opción confiable en pos de nuestra salud y apariencia física?

Un poco de historia

En la Argentina, la moda por consumir productos “light” se inició a mediados de la década del ’80. La diversidad de estos productos fue en aumento debido a la importación desde Estados Unidos y otros países. Actualmente existe una gran cantidad de productos denominados light y diet, los cuales se empezaron a recomendar para el tratamiento de la obesidad y el sobrepeso.

Pero, ¿que hay de verdad en estos alimentos? La gran diversidad provoca cierta confusión en los consumidores, que ha llevado a que actualmente se relacionen los términos “Dietético”, “Light” y “Diet” con alimentos diseñados o pensados para regímenes para la reducción de peso, cuando en realidad no siempre es así.

El marco legal

Según el Código Alimentario Argentino se define a los alimentos “dietéticos” como aquellos que han sufrido alguna modificación en su composición, y que se encuentran destinados a satisfacer necesidades particulares de nutrición y alimentación de determinados grupos poblacionales. Por este motivo, no necesariamente son productos reducidos en su valor calórico. Como ejemplos de alimentos dietéticos pueden citarse a los alimentos libres de gluten para celíacos, alimentos infantiles, alimentos fortificados, suplementos dietarios y alimentos modificados en su composición de azúcares, grasas, proteínas, minerales o en su valor energético.

Bajo la denominación de alimento “light”, se esta señalando que el producto ha sido modificado en su valor energético, de carbohidratos, azúcares, grasas totales, grasas saturadas, colesterol y sodio. Un alimento puede consignar en su rótulo y/o publicidad la palabra “light” sólo si: presenta un 50% menos de grasa, un 30% menos de calorías o un 50% menos de sodio. Como puede observarse, el hecho deque un alimento sea “light” no significa necesariamente que sea reducido en calorías; inclusive, su valor calórico puede ser igual o mayor.

Estos productos son recomendados únicamente para quienes requieren limitar el aporte de algún nutriente o agregado de otro por causa de un trastorno o enfermedad. En personas que se encuentran en buenas condiciones de salud no está justificado recurrir a este tipo de productos.

Por ejemplo:

– Las aceitunas light no significa que tengan menos calorías, sino que tienen menos sodio a igual calorías que las no light; en este caso son necesarias para aquellas personas que necesitan un control de la ingesta de sodio, como en el caso de los hipertensos y enfermos renales.

– Productos con menos grasa son útiles para la alimentación de quienes tienen que controlar la cantidad de grasas de su dieta, como en caso del colesterol elevado, los triglicéridos elevados, ciertos trastornos hepáticos o de la vesícula biliar, problemas pancreáticos y de exceso de peso.

– Productos con menos azúcar o sin azúcar son útiles para quienes han de controlar el consumo de azúcares, como es el caso de la diabetes, de los triglicéridos elevados, del sobrepeso y de la obesidad.

¿Qué cuidados debemos tener entonces?

Si se consume alguno de estos productos se debe moderar de igual modo la cantidad o ración como si fuera el producto corriente. De no ser así, se obtendrán resultados muy diferentes a los esperados, generalmente traducidos en aumentos de peso.

Para tener una idea más clara, una cucharada sopera al ras de mayonesa convencional contiene unas 50 calorías y unos 5 gramos de grasa, mientras que la versión light aporta 29 calorías y 2.5 gramos de grasa, por lo tanto, si la persona cae en el error de que por ser un producto light puede consumir el doble o mayor cantidad, al final estará consumiendo las mismas calorías y gramos de grasa que si se tratara de la mayonesa convencional. Lo mismo ocurre con algunas galletitas de agua: en el mercado existen galletitas reducidas en grasa que cumplen con los requisitos para declararla “light en grasas” respecto de la galletita tradicional, pero cuyo valor calórico es, en determinados casos igual o superior, debido a que poseen un mayor porcentaje de hidratos de carbono.

¿Salud o enfermedad?

Hay que escoger bien qué productos consumir en su versión light, ya que su empleo indiscriminado puede alterar la salud. Si se abusa de ellos aumenta el riesgo de desequilibrios nutricionales importantes. Las grasas y los hidratos de carbono son nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo, consumidos sin exceso ni defecto.

Si no se consume la cantidad adecuada de hidratos de carbono (pastas, pan, galletitas, papas, legumbres, verduras y frutas, dulces), nuestro principal combustible energético, se produce un “autoconsumo” de las propias reservas corporales con efectos perjudiciales para la salud. Lo mismo ocurre con las grasas, estas son vehículo de ácidos grasos esenciales y de vitaminas liposolubles (A, D, E, K), que cumplen funciones de gran importancia, si se restringe su consumo estamos ante la posibilidad de carencia de estos nutrientes con su consiguiente efecto sobre la salud.

La idea que mucha gente tiene es que estos productos adelgazan o, a lo sumo, no engordan prácticamente nada, y llevados de esta creencia pueden llegar a comer en exceso, dando como resultado un incremento de peso mayor que si hubiesen optado por las versiones no ligeras de cada producto. Por eso, es importante asesorarse con un profesional, aprender a realizar una cuidadosa lectura de los rótulos, de modo de poder elegir adecuadamente e implementar un plan de estrategias que efectivamente sí sirven para adelgazar, como es la práctica de ejercicios de manera regular y cambiar los hábitos alimentarios.

En conclusión, es importante entender que no es correcto asociar las expresiones “light” y “diet” a reducción de peso y a dieta baja en calorías. Los productos “light” o “diet” no siempre ayudan en un plan de descenso de peso, e incluso pueden aportar azúcares y/o grasas en cantidades significativas. Ahora si, estos productos son muy útiles en numerosas patologías asociadas a la obesidad como la hipertensión, el colesterol elevado, los triglicéridos elevados, la diabetes, SIEMPRE BAJO LA RECOMENDACION DE UN PROFESIONAL DE LA NUTRICION.

Se puede comer light sin consumir productos light: comiendo menos comidas rápidas y seleccionando alimentos sanos y cocinándolos de manera saludable, se consigue reducir las grasas y los azúcares sin necesidad de optar por los productos light, que por lo general son más caros y no resultan tan apetecibles como los alimentos a los que pretenden reemplazar.

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