Algunos economistas empezaron a hablar de que llegaron los brotes verdes, en el segundo semestre; un año y medio después, pero es cierto.
Se vendieron muchísimos autos, motos, datos objetivos porque aumentaron los patentamientos. También es verdad que la obra pública mueve la construcción, la siderurgia, hay sectores que comienzan a moverse. Aquí están los “brotes verdes económicos”.
El ministro de economía, Nicolás Dujovne, dijo que las paritarias le ganaron por goleada a la inflación pero ojo, a lo mejor en el sector público, en los gremios fuertes, en las Pymes la cosa cruje, en el sector informal no abunda la plata para el consumo.
Aun así con expectativas, se cree que si Brasil arranca la Argentina tendrá muchos más “brotes verdes”. Pero si a Brasil nos referimos, también existe la comparación de los “brotes verdes institucionales”, llámese reforma de la constitución, la reforma laboral que da empleo a la gente joven que está fuera del sistema, sin trabas, sin impuestos, también es un plan de retiro voluntario para funcionarios, reduciendo los gastos y permitiendo pagar los impuestos y la actividad privada prospere. También sería un aporte previsional que aumente los aportes de los trabajadores, toda vez que la gente vive 70 años y mucho más y tiene que financiar su vejez con más años de aporte.
Esos “brotes verdes” tiene consensos institucionales muy fuertes que permiten confiar en “ramas” que sostienen luego el crecimiento de la economía y “reverdece” desde el tronco hacia arriba.
Argentina no habla de esta segunda clase de brotes verdes, porque el Gobierno cree que le restaría votos antes de las elecciones.
Ojalá los primeros, los de la economía que todavía no han llegado al bolsillo de la gente se los complemente después de octubre con aquellos de los institucionales que se están mostrando en Brasil porque solo así, una economía será sustentable, confiable y productivas, si esas reformas en el fondo, de las que el Gobierno no habla, después de las elecciones, llegan.