Nuevamente la sensación es que los rendimientos de maíz estarían más cerca de los 170 que de los 160 BPA y para soja de los 48 que de los 46 BPA.
Lo cierto es que muchos desestimaron la posibilidad de que los cultivos pudieran mejorar, y en medio de una mayor oferta hídrica y de temperaturas más templadas, el mercado se desenamoró del rally. El quiebre se agudizó de la noche a la mañana y se pronunció de tal modo que las graficas desdibujaron por el momento la inercia alcista alcanzada.
Lógicamente los fondos fueron los grandes vendedores, ya que los agricultores de USA y Sudamérica no se vieron tentados a vender ante esta situación. Los fondos no han logrado construir una importante posición larga o comprada durante el período climático y ahora el comportamiento de los mismos podría seguir la secuencia de las graficas, al menos hasta el reporte del USDA de la próxima semana.
Sin duda el maíz fue envenenado por la estrepitosa caída en los precios de la soja. Ya que en maíz las condiciones continuaron empeorando y es donde posiblemente ya exista una merma en la producción. Pero la soja no ayudó en nada, los deliverys de agosto están abarrotados de soja y de harina y eso nos demuestra una vez más que la demanda no estaba ahí para rescatar el rally. El usuario final se esta esperando con los brazos cruzados que lo vengan a buscar.
Por su parte, el aceite de soja juega un papel diferente ya que la semana pasada se anuncio que la EPA no cumplió con su mandato de biodiesel en el 2016 y podrían llegar a hacérselo cumplir en algún momento. Esto junto a la posibilidad de tener que aumentar la producción de biodiesel para contrarrestar las importaciones, tienen al aceite de soja en un espacio confinado. Sera que solo el porcentaje del margen de la molienda que le corresponde al aceite podrá soportar todo el complejo?
Autora: Celina Mesquida, RJO´Brien