Autoridades de los gobiernos de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba confluyeron en la edición 2017 del Seminario de ACSOJA para debatir tanto sobre el enfoque y la respuesta que cada repartición aporta ante la crisis hídrica que golpea a la zona núcleo como a las oportunidades que prevén en materia de producción sustentable. El encargado de abrir el panel fue el ministro de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires, Leonardo Sarquís. Por cuestiones de agenda, el funcionario se vio forzado a dar una breve exposición en la que prefirió poner más énfasis en los desafíos de la cadena de valor sojera y el apoyo que brinda el gobierno nacional que en el análisis detallado de la crisis hídrica en su provincia. Sarquís destacó las medidas adoptadas como la eliminación de los ROE y la liberación de retenciones en el marco de lo que definió como “una nueva etapa” en la política estatal hacia el sector. “El año pasado, promediando junio, veíamos que los productores no iban a sembrar lo que nosotros esperábamos. Entonces iniciamos una campaña para incentivar el cambio de ciclos y aumentar eso. La semana del trigo de marzo es un ejemplo y con el maíz pasó algo parecido. Esto es un trabajo continuo con el productor en forma directa que subió las expectativas”, sostuvo.
Con respecto a la producción de soja dijo que un desafío es apuntar a una calidad distinta atento a la demanda del exterior por mejores proteínas, y en cuanto a la fertilización remarcó el aliento de su ministerio hacia una ley de fertilizantes. Así, destacó que los productores de más de 500 hectáreas tienen facilidades para acceder a eso, pero que los más chicos –las pymes agroindustriales- requieren del apoyo estatal para encarar la fertilización. Sarquís, remarcó que cuanto más y mejor se roten los cultivos, más afectivo será el aporte para un mejor manejo del suelo ante eventuales climáticas como las que produjeron inundaciones en los últimos meses. “En Buenos Aires tuvimos 8 millones de hectáreas afectadas por el agua, y desde hace un mes tenemos menos de cuatro”, apuntó. Tras cargar responsabilidades en obras que no se hicieron en su momento en las provincias de la zona núcleo, anticipó que en menos de 60 días el gobierno nacional comenzará con la primera etapa de la cuenca del Salado y que hay disponibles 1.000 millones de pesos para La Picasa.
Para cerrar, instó a los productores y a todas las partes involucradas en la cadena de valor a trabajar para ser prioridad en la demanda actual de alimentos por parte del exterior. “Hay una gran oportunidad en el trabajo con Brasil y hay que aprovecharla mejorando la calidad de proteínas de soja. Los únicos 2 países que crecieron en producción de alimentos en los últimos 14 años fueron Brasil y Argentina, porque tienen hectáreas y agua dulce. Tenemos que seguir manteniéndonos en la línea de los procesos con buenas prácticas, fertilizar mejor, recuperar el fosforo y el carbono en el suelo y asegurar una alta rotación de cultivos”, sostuvo.
A su turno, el Secretario de Agricultura, Ganadería y Recursos Naturales de la cartera de Producción de Santa Fe, Marcelo Bargellini,coincidió con la visión de Sarquis en cuanto a la importancia de diversificar y aumentar la rotación de cultivos y subrayó que esto no puede quedar librado a la iniciativa de un productor o una región sino a una política nacional y provincial que estimule ese aumento en las áreas sembradas e incorporando, por ejemplo, la ganadería.
Bargellini introdujo al debate el análisis sobre las posibles causas de los problemas hídricos en Santa Fe, que afectaron el 80 por ciento de los campos. Para ello se basó en los avances de estudios realizados en forma conjunta con organismos como el INTA. Según dijo, no se trató sólo de una cuestión de canales o de una lluvia mayor de lo esperado. “Estamos aguas abajo en una provincia plana, inundados por una serie de factores que influyeron”, sentenció, y apuntó al cambio en el sistema de producción de los últimos 30 años. “Un cultivo de soja absorbe una cantidad de milímetros al año, y hay otros que no se aprovechan. O infiltran o se acumulan en superficie de acuerdo al perfil que tenemos. El monocultivo hace que este factor empiece a incidir”, precisó. Tras mencionar la creación del Observatorio del Suelo para realizar un diagnóstico de la situación y generar herramientas para revertir esos procesos, el funcionario comentó que desde el INTA plantean que uno de los factores que seguirá incidiendo en esta problemática es la profundidad de las napas freáticas. “Ahí podemos trabajar con los productores en cultivos que chupen más agua, y recuperar también el espacio ganadero para que las pasturas tengan capacidad de absorción todo el año”, dijo.
En ese sentido, consideró que es necesario mejorar las producciones alternativas (como bovinos o aves) para aprovechar los granos que se producen y exportar otros tipos de proteínas que pide el mundo. “No tenemos que hacer más rutas para transportar, sino agregar valor en origen y distribuir productos en cada zona”, agregó. Al referirse a la situación de los tambos, Bargellini remarcó que desde la cartera de Producción provincial se apostó a fortalecer la estructura productiva para sostener a los productores y a los pueblos que viven de esa actividad lechera. “En Santa Fe muchos hacen tambo y soja, porque no es algo incompatible. Tenemos que trabajar con estímulos a ese tipo de iniciativas”, acotó. Para cerrar, dejó un par de conceptos que sintetizan la visión de la agroindustria por parte del gobierno provincial: “Ni la siembra directa ni la soja son culpables del drama hídrico. La importancia está en cómo cuidamos los recursos porque la naturaleza no nos va a perdonar. Apostamos a producir materia prima pero para dar valor agregado que se traduzca en trabajo para los santafesinos. Lo que nos sirve no es cargar soja en grano en un barco, sino buscar proteínas, producir proteína animal de mucha más calidad y hacerlo en forma integrada con los distintos actores”.
Otro funcionario santafesino, el secretario de Recursos Hídricos, Juan Carlos Bertoni, resumió los principales lineamientos del Plan Hídrico que Santa Fe está llevando a cabo. Según detalló, el plan comprende el desarrollo de obras de conducción (canales) y de regulación (escurrimiento veloz) como así también de las no estructurales (gestión participativa en las cuencas hídricas para mejorar la coordinación interinstitucional, intersectorial, con múltiples actores públicos y privados). “El gran desafío es que todos seamos aliados en un nuevo reordenamiento del drenaje rural”, dijo, y concluyó: “Trabajamos por una ley de aguas y en estos momentos se analiza la compatibilidad con el código civil y con la normativa nacional. Esta ley es para tener un nuevo elemento desde la secretaría. Para afianzar que debemos actuar como la autoridad del agua en la provincia”.