La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que se caracteriza por convulsiones recurrentes. Estas convulsiones son episodios breves de movimientos involuntarios que afectan una parte del cuerpo (parciales) o a su totalidad (generalizadas), estas últimas acompañadas de perdida de la conciencia y del control esfinteriano.
Los episodios convulsivos se deben a descargas eléctricas excesivas de un grupo de células cerebrales. Una sola convulsión no significa epilepsia (hasta el 10% de la población sufre una convulsión a lo largo de su vida). La epilepsia se define por dos o más convulsiones estereotipadas no provocadas.
La proporción estimada de la población general con epilepsia activa oscila entre 4-10 por 1000 personas. El tipo más frecuente de epilepsia es la llamada idiopática, es decir, la que no tiene causa identificable.
La epilepsia con causa conocida se denomina secundaria o sintomática. Dichas causas pueden ser:
- Daño cerebral por lesiones prenatales o perinatales (asfixia o traumatismos del parto).
- Traumatismo de cráneo grave.
- Accidente cerebro vascular.
- Infecciones cerebrales como meningitis, encefalitis.
- Tumores cerebrales.
En la actualidad la epilepsia pude tratarse con éxito hasta en un 70% de los pacientes con fármacos anticonvulsivantes.
En los pacientes que responden mal al tratamiento farmacológico puede resultar útil el tratamiento quirúrgico.
Fuente: Dra. Sandra Sosa, miembro del Servicio de Neurología de Grupo Gamma