Es el padre de Alibaba, la plataforma de e-commerce más poderosa del mundo. Con un solo dato se resume su poder: por día, 20 millones de personas compran y venden a través de su celular en Alibaba. El hombre detrás de semejante volumen de negocio es el empresario chino Jack Ma, quien de visita a la Argentina no dudó en señalar las virtudes –y los defectos- del país, como así también dejar un mensaje de fondo: no hay excusas, el mayor fracaso es no intentarlo.
Jack Ma disertó durante más de una hora ante un auditorio repleto en el Centro Cultural de la Ciencia, pleno Palermo y, luego, aceptó preguntas –y hasta una invitación a tomar un café por parte de un emprendedor, aunque amablemente la descartó- y redobló la apuesta: “Lamento que acá la velocidad de Internet sea tan lenta. Y el servicio tan caro”. La frase de Ma despertó el aplauso del auditorio. “Se lo dije al presidente (Mauricio Macri) y a los ministros: ‘Hay que invertir más’”, aseguró.
Ma se explayó por su historia de vida, recordó el día en que fundó la empresa junto a 18 socios y hasta se permitió enviar un mensaje bien recibido por el público con un aplauso: “En Alibaba el 49 por ciento de los empleados son mujeres y más del 39 por ciento de los gerentes lo son. Y esto no es casualidad, sino que se debe a que las mujeres se preocupan por el otro más que los hombres, y eso es clave”. Esa idea había esgrimido minutos antes, cuando dijo que la lógica de su negocio era inversa a la de Wall Street. “A nosotros nos importa más el cliente que el inversor, porque el cliente si te elige es para siempre, y ningún inversor se queda muchos años en el mismo barco”, destacó.
Sin embargo, no ahorró en polémicas. Se metió de lleno con la automatización del trabajo y disparó: “Las computadoras son más inteligentes que nosotros, no se enojan con nada y recuerdan todo. Obviamente nos sacarán muchos puestos de trabajo”. Y agregó: “Los llamados ‘trabajos de cuello blanco’, como analistas de datos, desaparecerán, no le recomiendo a nadie ir a la universidad a estudiar eso”. Ante la mirada de un auditorio enmudecido trató de llevar tranquilidad: “En Estados Unidos, en los primeros tiempos, la mayoría del trabajo era en el campo. Luego se revirtió hacia las ciudades. Por eso les digo que la tecnología al principio quita empleos pero luego genera nuevos”.
Jack Ma no escatimó tampoco en resaltar los orígenes difíciles que tuvo como emprendedor. “Lo más difícil es contratar buenos empleados. Nosotros al principio no teníamos recursos para hacerlo, así que básicamente contratábamos a cualquiera, con que estuviera vivo nos alcanzaba”, dijo y despertó risas entre los presentes, entre quienes figuraban el ministro de Ciencias, Lino Barañao, el secretario Pymes, Mariano Mayer, y el ministro de Modernización porteña, Andy Freire.
Finalmente, destacó que el rol de la tecnología, “de acá a los próximos 30 años, debe ser que la tecnología ayude a combatir la pobreza” y finalizó: “En el futuro lo único que importará será ser feliz y tener salud, nada más”.