Hoy se llevará a cabo una reunión vital para destrabar el conflicto por los 450 millones de pesos que el gobierno nacional asignó para Sancor. Antes de la cita, Pedro Morini, Secretario de Lechería de Santa Fe, pasó por la mañana radial de Fisherton CNN y dejó algunas impresiones al respecto. El político habló de la importancia de la inyección de dinero para reactivar la empresa, aunque también dejó en claro que “hay daños que ya son irreversibles, por más que el gobierno venga y ponga plata”.
El punto de conflicto que frenó la llegada de los fondos es la exigencia del gobierno nacional acerca del aporte fijo para el gremio Atilra. Actualmente, toda la industria láctea paga una obligación de 3300 pesos por empleado a la entidad gremial. “El presidente de la nación plantea que para que salga esta ayuda hay que eliminar el tema de los aportes, cosa que el sindicato no quiere”, explicó Morini. La reunión de hoy tendrá por objetivo buscar una solución intermedia que podría ser reemplazar el monto fijo por uno proporcional a la cantidad de litros producidos.
Resolver el punto anterior es clave para destrabar el arribo de los 450 millones de pesos que podrían servir para apuntalar la reactivación de la firma. “Hoy se necesita de una inyección de dinero, (…) para que la empresa pueda volver a pagarle a los tamberos y, de algún modo, volver poner la rueda en marcha”, comentó el secretario. “Por otro lado, así podrá armar una alianza estratégica que permita integrar una sociedad anónima e industrializar los procesos productivos”.
Sin embargo, Morini reconoció que “hay daños que ya son irreversibles”. Si bien la ayuda gubernamental puede servir para oxigenar un poco a la empresa, “hay lugares en la góndola que ya fueron ocupados por otras marcas; hay muchos productores que se fueron y la gente empezó a usar otros productos”.
Finalmente, el funcionario aclaró que las urgencias de Sancor van más allá de la necesidad económica. “No se trata solamente de inyectar los 450 millones a la planta, tendrá que haber algún interventor como para que lo que se haga de acá en adelante, se haga como corresponde”, soltó. Según dijo, la prioridad es volverla una empresa rentable: “Sancor facturó 12 mil millones de pesos el año pasado, si Sancor se vuelve una empresa rentable, ese dinero se recuperará fácil por su magnitud empresaria. A mí me da la impresión de que acá tiene que haber un cuerpo colegiado que pueda llevar tranquilidad”.
Un aporte desmedido
El aporte sindical para las empresas del sector lácteo fue acordado en 2009 entre Atilra, el Centro de la Industria Lechera (CIL), la cámara de empresas más importantes del sector, SanCor y la Junta Intercooperativa de Productores de Leche. Luego fue homologado por el Ministerio de Trabajo de la Nación.
El mismo se fijó con la finalidad de contribuir con las funciones y actividades de carácter solidario llevadas a cabo por la entidad sindical. El valor inicial fue de $417 por mes y por trabajador, comenzando con una cuota escalonada que comenzó en $100. Sin embargo, hoy el monto escaló a $3300.
El aporte es obligatorio y Atilra se reservó el derecho de recurrir a medidas judiciales en caso de incumplimiento, además de exigir el pago de los intereses aplicables. El ingreso de dinero para el sindicato por esta vía llegó a ser de unos 700 millones de pesos por año. Actualmente varias empresas dejaron de pagarlo y otras fueron a juicio por considerar la medida inconstitucional. La deuda de la industria para con el sindicato es de 1000 millones de pesos.
Mondini reclamó: “Ninguna industria está en condiciones de estar pagando algo que está fuera de la paritaria”. Además sostuvo que “hay empresas que si tuvieran que pagar toda su deuda, no les alcanzaría el capital”.